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UNIVERSITARIO EN CHINA - Fundación ICO

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incipiente de rock, su nombre podría estar inspirado en la famosa marca de motos. Con el pelosiempre alborotado y una mirada oscura, Harley no era de los estudiantes más disciplinados, perosí de los más inteligentes. Durante la actividad “Nosotros cambiamos el mundo”, Harley tomó lasriendas de su grupo, salió frente a la clase y se despachó a gusto: “Quiero cambiar el instituto y laeducación en China. Quiero tener más libertad. Nos mandan demasiados deberes, estamoscansados”, dijo muy nervioso. A su lado, sus cuatro compañeros de grupo asentían en silencio.Cuando le pregunté a Shiyue, un compañero de la Universidad de Pekín con el quecompartía la enseñanza de este grupo, me respondió sin sorpresa en la mirada: “Muchosestudiantes se sienten así, todos sienten lo mismo. Sobre todo los chicos. Las chicas son másobedientes”. Al día siguiente, y ante mi desánimo al darme cuenta de que estábamos enseñando aestudiantes que en realidad lo que querían era irse a sus casas y estar de vacaciones, Shiyue mesiguió explicando este fenómeno con normalidad: “Están muy cansados... no deberían hacerleslevantarse tan pronto. Pero tienen que obedecer a sus padres. Esta es la tragedia de los jóvenes enChina”.La presión que sufren los niños en escuelas e institutos es un drama silencioso extendidopor todo el país. En la lucha por una vida mejor, la educación es vista por muchos como la salidanatural (muchas veces la única), y la competencia con tantos millones de estudiantes provocasituaciones impensables para los padres y niños occidentales. Los jóvenes chinos reciben lapresión de un sistema educativo competitivo y elitista, donde desde pequeños se intenta entrar enlas mejores escuelas e institutos para después acceder a las mejores universidades. Reciben lapresión de sus padres, que tienen depositadas todas sus esperanzas en su hijo único. Y reciben lapresión de sus profesores, que en muchas ocasiones son juzgados (y pagados) por la cantidad deestudiantes que llegan a las mejores universidades.Los estudiantes de este instituto de la provincia de Jiangxi, en un campamento de veranoque combinaba el entrenamiento militar, la preparación para las olimpiadas matemáticas y lasclases de inglés, se levantaban todos los días a las cinco y media de la mañana. La primeraactividad del día era la educación física, que duraba una hora. A las siete desayuno y a las ochoclase de inglés, a la que muchos llegaban ya cansados. Sus días estaban repletos de clases,actividades y deberes hasta las nueve de la noche. Esto es un campamento de verano en China.Como tantos otros adolescentes, los estudiantes viven en los dormitorios del instituto,situado a las afueras de la ciudad. Esta es una situación frecuente en muchas regiones chinas,sobre todo en el campo, donde a los quince años muchos abandonan la casa de sus padres paravivir en las habitaciones del instituto con tres o cinco estudiantes más. En el campus no haytelevisión ni Internet y en épocas de examen se prohíbe hasta la utilización del móvil. Lasrelaciones amorosas están prohibidas. El objetivo es evitar cualquier tipo de distracción delestudio.El instituto de Feicheng entra dentro de los institutos especiales del país, aunque no es nimucho menos el mejor de la provincia. En 2009, dos estudiantes entraron en las dos mejoresuniversidades (uno en Tsinghua y otro en Beida) y sus nombres están escritos en enormes tirasrojas en el edificio principal. Es lo primero que ven los estudiantes al entrar al instituto, dondeabundan las referencias y fotografías de Beida y Tsinghua. Este ambiente, junto a la presión depadres y profesores, forma parte de la experiencia colectiva de la mayoría de adolescentes chinos.La paranoia por conseguir el máximo rendimiento de los estudiantes llega hasta tal puntoque, en la provincia de Henan, en un instituto de la prefectura de Sanmenxia, se avisaba a losestudiantes de la importancia de controlar sus necesidades para no tener que ir al baño durantelas horas de clase. Uno de los profesores defendía la medida diciendo que se trataba de“aprovechar cada uno de los minutos de la clase” y que era una nueva forma de aumentar la10

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