12.07.2015 Views

Textos no literarios - Biblioteca de Libros Digitales

Textos no literarios - Biblioteca de Libros Digitales

Textos no literarios - Biblioteca de Libros Digitales

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

98MINISTERIO DE EDUCACION,CIENCIAY TECNOLOGIANAPNUCLEOS DEAPRENDIZAJES PRIORITARIOSdos quizá hasta la oxidación. Son veinte grúas que hace algu<strong>no</strong>s años trabajabanfrente a la costa <strong>de</strong> la Capital.Un día, resultó que el frigorífico hizo nuevas instalaciones, que las convirtieronen superfluas, y que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces <strong>no</strong> han vuelto a moverse sus po<strong>de</strong>rosos brazos<strong>de</strong> acero, cosidos por largas filas <strong>de</strong> remaches.Y es extraordinario ver estos mecanismos abandonados, enfilados en los rieles<strong>de</strong> la orilla, y enrejando el cielo <strong>de</strong> azul cobalto con sus brazos en V, oblicuos y <strong>de</strong>tenidosen la misma dirección. Parece éste un paisaje <strong>de</strong> algún cuento fantástico<strong>de</strong> Lord Dunsany.De roldanas negras, cargadas <strong>de</strong> grumos <strong>de</strong> grasa y hollín, caen las ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong>eslabones partidos, y en esa alta soledad <strong>de</strong> hierro frío y perpendicular, un chingolosalta <strong>de</strong> una polea a un contrapeso.Y nada más sombrío que este pajarito revoloteando entre hierros inútiles, tirantes<strong>de</strong> hierro mordidos por la oxidación. Él da la sensación <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> que esastoneladas <strong>de</strong> acero y <strong>de</strong> fuerza están muertas para siempre.Ni las casetas <strong>de</strong> los maquinistas se han librado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción.Los vidrios han <strong>de</strong>saparecido totalmente, los marcos <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, agrisados, sehien<strong>de</strong>n y se parten, y como una blancura <strong>de</strong> hueso <strong>de</strong> esqueleto es la blancura <strong>de</strong>la masilla que en los contramarcos se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> lentamente para seguir el cami<strong>no</strong><strong>de</strong> los vidrios. E incluso el mango <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> las palancas <strong>de</strong> los guinches se harajado, en la incuria <strong>de</strong>l tiempo y sus inclemencias.Todo revela la <strong>de</strong>strucción aceptada.El malecón, don<strong>de</strong> cruzan los rieles que soportan estos guinches, también se<strong>de</strong>smorona. Numerosas tablas <strong>de</strong>l piso han <strong>de</strong>saparecido, y las que quedan blanqueancomo osamentas <strong>de</strong> dromedarios en el <strong>de</strong>sierto, y por estos huecos, que<strong>de</strong>jan escapar un viento áspero, se escucha como chasquea el agua morena.Retorcidos y rojizos quedan, <strong>de</strong> lo que fue, los clavos <strong>de</strong> cabeza cuadrada y matas<strong>de</strong> pasto ver<strong>de</strong>.Y por don<strong>de</strong> se mira en tor<strong>no</strong> <strong>de</strong> esas veinte grúas, enfiladas como con<strong>de</strong>nadosa muerte, o patíbulos, <strong>no</strong> se contempla otra realidad que la paralización <strong>de</strong>la vida. En los carriles, las ruedas parecen petrificadas sobre sus ejes; bajo lasbóvedas <strong>de</strong> sus cuerpos piramidales han construido refugio los <strong>de</strong>socupados ylos vagos, y secándose al sol, colgadas <strong>de</strong> sogas, se mueven las ropas recientementelavadas.Mientras tomo apuntes, por allí sale <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una grúa un criollo ciego,con bigotes blancos. Un cocinero <strong>de</strong> una chata, a gritos <strong>de</strong>spierta a un vago paraofrecerle <strong>de</strong> una fuente las sobras <strong>de</strong> una tallarinada, y únicamente mirandohacia el puente, o hacia el agua, o a los bares <strong>de</strong> la vida se olvida u<strong>no</strong> <strong>de</strong> esteespectáculo siniestro, que encarnan los veinte brazos, enguirnaldados <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>nasholli<strong>no</strong>sas, enrejando el cielo <strong>de</strong> un azul cobalto, entre la <strong>de</strong>sgarrada forma<strong>de</strong> sus dobles V.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!