220 • ASOCIACIÓN ESPANOLA PARA EL PROGRESO UE LAS CIÊNCIASSon, por lo tanto, nuestros enfermos ejemplos de síndromes parkinsonianos,idênticos a los que se han visto sobrevenir en todos lospaíses como consecuencia de la encefalitis letárgica y sobre los queexiste una literatura abundantísima, en cuyo estúdio detallado nohemos de entrar.Por todos es hov reconocida la frecuente presentación de este síndromeen el curso o como consecuencia de la encefalitis letárgica. Perolas opiniones varían mucho respecto a sus relaciones con la enfermo-Fotografía núm. q.dad de Parkinson y al concepto dualista o unicista que deba aceptarse.En América e Inglaterra se reconoce el estrecho parentesco de ambasafecciones y las tendencias son más bien unicistas.En Francia esta cuestión ha sido origen de grandes controvérsia -para Souques, la encefalitis podría considerarse como una de las cai 1sas de la parálisis agitante; las lesiones de esta encefalitis, dice Souques,bien que difusas, asientan sobre todo a nivel de los ganglios cei -trales y dei mesocéfalo. Ahora bien: es precisamente en este niveldonde las investigaciones más recientes localizan el substrátum anatimico de la enfermedad de Parkinson. Si las lesiones de la encefalitisletárgica son ligeras y reparables, el síndrome será pasajero, curable y
DISCURSO INAUGURAL DE LA SECCIÓN J i' 3 219corresponderá a lo que se ha llamado parkinsonismo\ si son graves eirreparables, determinarán una verdadera enfermedad de Parkinson.En cambio, Pierre Marie, Mlle. Levy, Lhermitte y Christiansen, entreotros, son dualistas, invocando el comienzo brusco y la marchamás aguda de los casos post-encefálicos. Aun cuando esto es cierto enmuchos casos, no puede tampoco negarse que en algunos el comienzoes insidioso y la marcha lenta o estacionaria. Yo tengo el convencimientode que en muchos casos la fiebre falta en absoluto o es tan insignificanteque puede pasar inadvertida. Pierre Marie y Mlle. Levyhan observado también el mismo síndrome, como consecuencia deencefalitis frustradas.Es además digno de mención que el síndrome puede empezar amanifestarse después de un ano, y a veces más, de haberse padecido.Ia encefalitis, es decir, con un largo intermedio asintomático.Se ha dicho también que en la parálisis agitante el temblor tiene lugaren el reposo, y en el síndrome post-encefálico se produce o exageradurante los movimientos voluntários; pero se ven a menudo síndromespost-encefalíticos en los que el temblor existe en el reposo (casos nuestros),y parkinsonianos clásicos en los que el movimiento exagera eltemblor. No hay en esto, ni en ningún otro rasgo sintomatológico, signodiferencial utilizable entre la una y la otra afección. Solamente elcritério de etiologia y la variedad de lesiones podrían servimos paraestablecer una diferenciación. Pero la etiologia de la parálisis agitanteeStá aún en litigio, y tampoco sabemos cuál ha de considerarse comosu anatomia patológica definida.Parécenos además que todas estas disquisiciones son un tanto abstractasy de carácter meramente especulativo; el hecho importante, yque además salta a la vista, es que lo que hasta ahora hemos llamadoenfermedad de Parkinson es solamente un síndrome que puede serproducido por diferentes causas: de éstas, unas son de carácter flogístico,como la encefalitis letárgica, y otras vasculares, como la que probablementeocasiona la parálisis agitante de la senectud; otras de naturalezasifilítica (como las de Urechia, Lhermitte y Cornil, Coppola,Lafora), y otras hasta ahora de origen desconocido, entre las que acasoel porvenir, con un critério más independiente y libre de prejuicios,llegue a colocar un dia a la enfermedad de Wilson y a muchos de loscasos descritos al presente como pseudoesclerosis.