Revista Móvil #18

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más grandes, como Estados Unidos y Canadá. La crisis del petróleo de
comienzos de los años 1970 cayó de parabienes para la industria nipona,
ya que sus productos “económicos” se adaptaron mucho mejor
al nuevo escenario que los mastodontes americanos. El Datsun Sunny
era para ese entonces el auto con menor consumo e Estados Unidos lo
cual, sumado a su confiablidad, lo convirtió en un suceso. A partir de
entonces, y hasta llegar al 100% eléctrico Leaf, Nissan se ganó una reputación
en el terreno de la practicidad de la mano de la innovación.
fiabilidad, todo por un precio mucho más bajo que otros modelos de la
época. Ese mix de cualidades cimentaron la leyenda Z, que se propagó
durante décadas con los 260, 280, 300 ZX, 350 y el actual 370Z.
Si hablamos de deportivos de la marca, no podemos olvidar un
nombre que hoy suena rápido y furioso: Skyline. El modelo comenzó
su vida como un sedán, pero luego tuvo una versión coupé para finalmente
sumar las siglas de poder –GT-R– y poner las cosas on fire. Tracción
integral, motores de seis cilindros bi-turbo muy fáciles de llevar
a cualquier potencia y un infierno electrónico maximizando el agarre,
hicieron que llegara a ser apodado “Godzilla”. Y esta tradición se mantiene
en el actual GT-R que sigue metiéndole miedo a casi cualquier
superdeportivo que se le acerque, sin importar que su apellido sea italiano,
inglés, alemán o norteamericano.
La historia deportiva de Nissan se puso suculenta en los años ´80
con la llegada de NISMO, acrónimo de Nissan Motorsport International
Limited, o en pocas palabras, su división de competición. Así como Mercedes
tiene a AMG y BMW a M, Nismo es el encargado de los bólidos
de carrera de Nissan, de las piezas, de las conversiones y de las versioel
auto que quedó estampado en la historia fue el
240Z (llamado Fairlady en Japón), una bella, esbelta
y otra vez británica silueta que llegó en 1969.
El gen deportivo
A fines de la década de 1950, Nissan comenzó a construir su impronta
deportiva. En esa época, la marca supo capitalizarse como una alternativa
económica a los deportivos europeos –especialmente de los
británicos–, con modelos como el Datsun Sports 1600, o con sedanes
como el Bluebird 510. Este último tenía varias particularidades que lo
volvieron importante: por un lado combinaba una suspensión trasera
independiente con un estilo creado por Pininfarina que lo transformaban
en una suerte de BMW 2002 “para los pobres”; por el otro, desafió
y venció a varios titanes yankees en la categoría Trans-Am dándole
prestigio en las tierras del Tío Sam, algo vital para una marca de pequeños
autos nipones.
Si el 510 dio empuje a Datsun, el auto que quedó estampado en
la historia fue el 240Z (llamado Fairlady en Japón), una bella, esbelta y
otra vez británica silueta que llegó en 1969. Y no fueron solo sus curvas
las que lo hicieron famoso; también estaban las prestaciones y la con-
ADN corolla
DE MARCA LA GARRA NIPONA CROSSOVER
nissan