Revista Móvil #18

DISEÑO PRO
(re)afirmación
estilística
en la filosofía estilística de la marca, y marcó un giro hacia una “felinidad”
más moderada. A comienzos de 2015, luego de casi 4 años en el mercado,
al 508 le tocó la habitual actualización de media vida, que incluyó por supuesto
una serie de retoques estéticos, lo que habitualmente se denomina
restyling. Pero este no es un restyling más; no se trata simplemente de un
actualizar el auto a las últimas tendencias, sino que viene de la mano de un
nuevo paradigma estilístico. El 508 es portador de una nueva expresión, y es
lo que veremos en los próximos productos de la marca.
Expresión, carácter y DRG
“Expresión” es una palabra clave en el diseño de un auto. Por supuesto, cualquier
vehículo se expresa a través de todas sus partes –líneas, superficies,
volúmenes–, pero gran parte de su carácter está dado por la parte frontal.
Efectivamente, los principales elementos de la trompa configuran una suerte
de “rostro” en cada auto, en el que las ópticas hacen las veces de “ojos” y la
parrilla y las entradas de aire configuran una suerte de “nariz” y “boca” (ver
Móvil #1, página 22). En el lenguaje técnico de diseño eso tiene una denominación:
DRG o Down the Road Graphics, que no tiene una traducción literal
(lo más parecido sería “las gráficas [del auto] bajadas a la calle”), pero se refiere
precisamente a cómo el auto es percibido en su vista de frente. Lo importante
del DRG es que, a nivel estilístico, es uno de los elementos identitarios
más fuertes que tiene una marca. Desde casos extremos en los que “todas las
trompas son iguales”, hasta aplicaciones muy sutiles de un lenguaje formal
que generan productos diferentes, pero que se reconocen como parte de una
familia. Como habitualmente sucede con los restylings –, los cambios que
vemos en el 508 tienen que ver precisamente con el DRG.
Grados de felinidad
Antes de entrar en el análisis del nuevo DRG de Peugeot, es interesante
hacer un repaso por su evolución en las últimas décadas, justamente para
entender de dónde viene y hacia dónde va este nuevo cambio.
Más allá de excelentes (y hermosos) ejemplos de buen diseño en
el pasado, el hito que marcó una revolución en la era moderna de la marca
fue el 205. Solo basta para ello compararlo con sus rivales contemporáneos
–Fiat Uno, Opel Corsa, Ford Fiesta, etc. – para entender la ventaja estética
que consiguió Peugeot con ese auto. En una época de frontales totalmente
verticales y faros inexorablemente cuadrados, el 205 introdujo una
serie de sutiles cambios que en su conjunto hicieron una gran diferencia.