11.02.2017 Views

He aquí yo estoy a la puerta y llamo - Robert J. Wieland

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

hicimos muchos mi<strong>la</strong>gros?" ’ (Luc. 13:26; Mat.<br />

7:22).<br />

En esta hora de inmensa oportunidad<br />

escatológica, nuestro Señor dice al tibio "ángel":<br />

"<strong>estoy</strong> por vomitarte de mi boca" (mello se emesai)<br />

(Apoc. 3:16). Esa advertencia es parale<strong>la</strong> a <strong>la</strong> que<br />

Cristo hace a quienes dirán: "Señor, Señor,<br />

ábrenos… Dígoos que no os conozco de donde<br />

seáis; apartaos de mí todos los obreros de<br />

iniquidad. Allí será el l<strong>la</strong>nto y el crujir de dientes"<br />

(Luc. 13:25-28). El término "iniquidad" suena<br />

terrible. Lo aplicamos instintivamente a nuestros<br />

vecinos incrédulos. Pero necesitamos comprender<br />

que una experiencia perfectamente aceptable en<br />

otra época anterior a <strong>la</strong> purificación de santuario, se<br />

convierte hoy en vomitiva "tibieza". La devoción<br />

mesurada, apropiada mientras el Sumo Sacerdote<br />

ministraba en el lugar santo, resulta ser "iniquidad"<br />

cuando se <strong>la</strong> pesa ante <strong>la</strong> incomparablemente<br />

superior perspectiva de consagración que es<br />

apropiada ante su oficio en el lugar santísimo (ver<br />

Lev. 23:27-32).<br />

112

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!