11.02.2017 Views

He aquí yo estoy a la puerta y llamo - Robert J. Wieland

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

tiene que volver por segunda vez, y porque el<br />

pecado ha de tener un final. ¡Por eso existe el<br />

mensaje a Laodicea!<br />

Cuando se escondieron "el hombre y su mujer<br />

de <strong>la</strong> presencia de Jehová" se estaban también<br />

escondiendo de ellos mismos. Su recientemente<br />

aparecida convicción de culpabilidad no era algo a<br />

lo que su conocimiento diese una natural<br />

bienvenida. Difícilmente exageraremos <strong>la</strong><br />

importancia extrema de el trauma producido por<br />

ese pecado y culpabilidad originales en el alma<br />

humana de ambos. Eran sencil<strong>la</strong>mente incapaces de<br />

enfrentarse a sí mismos. Por alguna razón<br />

misteriosa se sintieron desnudos cada uno frente al<br />

otro, y frente a Dios. Habían cambiado.<br />

Repentinamente "... Jehová Dios que se paseaba en<br />

el huerto al aire del día" se convirtió para ellos en<br />

un visitante no deseado. Hubiesen preferido que los<br />

dejase solos, que los dejase "en paz". Su presencia<br />

despertaba desagradables convicciones que de<br />

buena gana habrían deseado asfixiar.<br />

Desde entonces, ha venido siendo así para todo<br />

26

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!