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HERNÁNDEZ CUEVAS, F.I., LÓPEZ BARRETO, M.F. Y BECERRIL GARCÍA, J.
económico, lo tecnológico, para lograr la conservación de los
recursos naturales. En este orden de ideas, el presente artículo
se centra en el análisis del uso del agua en la agricultura del
estado de Yucatán, a través del cálculo de la huella hídrica.
Huella hídrica
A pesar de que el agua es un recurso renovable porque es
repuesta a través de la lluvia, su disponibilidad es limitada en
términos de la cantidad de agua por unidad de tiempo en una
región (Pimentel, et al., 2004, p.2). En este sentido, el recurso
hídrico es utilizado para el consumo y también como insumo
en la producción de diversos bienes y servicios, por lo tanto,
las personas pueden asignar el uso del agua para varios
propósitos, lo que implica sacrificar otros fines alternativos,
de tal forma que la asignación eficiente del agua está en
función del valor de ésta en sus usos alternativos (Hoekstra y
Hung, 2002, p.9).
En este contexto, la percepción sobre la disponibilidad del
recurso hídrico es muy importante para considerar el
eficiente uso del recurso, ya que existen regiones en el mundo
las cuales poseen abundante agua, mientras que otras, tienen
severos problemas de escases de agua (Hoekstra y Hung,
2002, p.9). Lo anteriormente descrito ocurre también en
México, y en el caso específico de Yucatán el cual posee
basto recurso acuífero, éste no es utilizado por los
agricultores locales por falta de infraestructura y por el tipo
y régimen de milpa que se practica, el cual en su gran mayoría
es de temporal.
El concepto de Huella Hídrica fue introducido por primera
vez por Hoekstra y Hung (2002, p.3), los cuales la nombraron
como “agua virtual”, en donde un país con escases de recurso
hídrico podría importar productos que requieren grandes
volúmenes de agua en su producción (productos intensivos)
y por otra parte, exportar productos o servicios que requieran
menor cantidad de agua en su producción (productos
extensivos).
Por lo tanto, la huella hídrica es entonces un indicador directo
e indirecto de la apropiación y uso de los recursos naturales
hídricos (Mekonnen y Hoekstra, 2011, p.1578) y de acuerdo
con AGRODER (2012, p.6), está conformado por cuatro
componentes principales: volumen, clasificación por color y
tipo de agua, lugar de origen y momento de su extracción.
De tal forma que la huella hídrica puede ser clasificada por
tres colores: verde, azul y gris, en donde el costo de
oportunidad, el manejo y los impactos varían en cada uno de
ellos:
• Agua verde: Hace referencia al agua de lluvia que es
almacenada en el suelo como humedad, siempre y
cuando no se convierta en escorrentía.
• Agua azul: Recurso hídrico que se encuentra en los
cuerpos de agua superficial (ríos, lagos, etc.) y
subterráneos (cenotes, cuevas, etc.). El agua azul se
refiere al consumo de agua superficial y subterránea de
determinada cuenca, entendiendo consumo como
extracción.
• Agua gris: Indicador teórico sobre toda el agua
contaminada por un proceso específico. Hace referencia
a la cantidad de agua dulce necesaria para asimilar la
carga de contaminantes dadas por las concentraciones
naturales conocidas de éstos y los estándares locales de
calidad de agua vigentes.
•
Por lo tanto, la suma del agua azul, verde y gris representará
la huella hídrica de un determinado proceso de elaboración
de un producto o servicio.
Lograr la agricultura sustentable y mejorar el consumo de los
recursos naturales es uno de las preocupación y objetivos
principales de las autoridades federales y estatales, muestra
de esto, son las secciones dedicadas a este recurso en los
planes nacionales y estatales de desarrollo (Plan Nacional de
Desarrollo 2013-2018; Plan Estatal de Desarrollo 2012-
2018). Por lo tanto, el presente artículo analiza a la milpa del
estado de Yucatán como una actividad económica verde y
ecológica, con beneficios más allá de la producción de
alimentos, sino a la conservación in situ de la biodiversidad
(Becerril, Castañeda, Solis, 2014) la cual, a través de
programas de corte social-productivo, está siendo modificada
para atender a las necesidades primordiales de reducción de
pobreza y garantizar la seguridad alimentaria en las
poblaciones rurales, sin contemplar la degradación y efecto
sobre el medio ambiente y los recursos naturales. Esta
situación se ve agravada por el abandono de las actividades
agrícolas por actividades mejor remuneradas en la ciudad,
pero que no necesariamente representen un mejor manejo en
los recursos naturales.
Teniendo en consideración lo anterior, el objetivo principal
de este artículo se enfoca en identificar las características
principales de la agricultura de los hogares rurales de
Yucatán y estimar la huella hídrica de esta actividad.
La agricultura en Yucatán
El estado de Yucatán se localiza al este del país, limita al
norte y al este con el Golfo de México; al este y sureste de
las fronteras del estado de Quintana Roo y al suroeste y oeste
con el estado de Campeche. La entidad se caracteriza por un
tipo de suelo de piedra caliza cárstica dominado por
superficies poco profundas y pedregosas (INEGI, 2007). Esto
representa una situación de dualidad, por una parte, tiene
grandes acuíferos, pero por el otro, la condición del suelo
pedregoso a menudo impide que la agricultura extensiva.
El sistema de producción agrícola en la península de Yucatán
es la milpa, la cual de acuerdo con Acosta y Acosta (1999,
p.74), presenta las siguientes características: “1) uso
transitorio del suelo y de los recursos naturales no
renovables; 2) predominancia de suelos pedregosos difíciles
REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. 32 NÚM. 67 89