Revista YOGA + 74

El misterio del tiempo
Entonces, si Buda no intentó vender
nada a nadie, sino que apela a la
ética del trabajo interior, a forjar el
discernimiento alimentando la conexión
con la propia voz, podríamos
pensar que estas circunstancias que
la sociedad y la tecnología nos imprimen
son parte del entrenamiento
para resolver las paradojas de la vida
y de la muerte que se enseñan en este
momento en la escuela del Planeta
Tierra. “Finalmente todo sale bien. Si
no sale bien, no es el final”. Proverbio
hindú.
Reflexionando acerca de la conexión
con el infinito mundo interior, y el
desafío de conectar en un contexto
donde hay una sobreoferta de técnicas y donde se mercantiliza
esta conexión. Allí ubicada otra vez ante la paradoja,
recuerdo que es posible sortear tanta confusión a través de
la sabiduría de la meditación. Pero esta vez apelando al registro
que dejan presente los maestros meditantes. Otra de
las bondades de comprobar mediante la propia práctica, y
es parte de los misterios del tiempo. Intuiciones que se van
teniendo en el camino, ya fueron documentadas por otro
amigo de práctica que (aún sin conocernos personalmente)
sabía que alguien más pasaría por ahí. Por ello dejo una vela
encendida para iluminarnos a todos.
“Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora”.
Buda.
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Todo Aquí, todo Ahora
En la práctica se disuelven las paradojas. Despertamos la
mente no dual. Donde el misterio del tiempo se expresa y se
capta en el momento de meditar.
Los seres meditantes en distintas culturas del pasado, presente,
futuro, son representantes de la conciencia que se manifiesta
en el “bardo de la meditación” como lo llaman los
budistas tibetanos. En la ilustración, las tres figuras superiores
representan la conciencia iluminada que está siempre
alimentando el Despertar. Y en la cuevita, al ras de la tierra,
se encuentran el meditante aprendiz y el meditante experto.
Ambos (son dos, que representan la fuerza de la propia
práctica) comprometidos con el Despertar para beneficio de
todos los seres.
Esta imagen, seguramente, también la van a entender muy
bien las personas que han tenido experiencias propias de
conexión con vidas pasadas. Ya que para conectar con estos
registros es necesario “salir de la cuevita” del ego. El aprendiz
es el que conecta con el tiempo. Porque el meditante
experto está siempre atento a este presente continuo. Sabe
por experiencia en la práctica que todo lugar es aquí y todo
momento es ahora.
La conexión con vidas pasadas, tiene mucho terreno para
explorar. Digo conexión y no regresión, porque como verán
en la imagen, nadie “regresa” a ningún lado. Quien medita,
abre la puerta de la cuevita de lo conocido y conecta con lo
que va más allá del tiempo. Sorteando las dificultades que
se manifiestan en el tiempo relativo que sucede al habitar al
cuerpo. Por eso también meditar y explorar la inmensidad
del Ser inmerso en el misterio del tiempo, es una puerta de
evolución eterna.
Entonces, lo que hagamos durante nuestra estadía en esta
seductora sociedad que vende engañifas por doquier, depende
de lo que nos desafiemos a realizar, experimentando
desde nuestra capacidad de generar consciencia. Sabemos
que lo que cosechamos es un resultado también de nuestra
propia siembra. Si necesitamos una guía, busquemos
alguien probo que practique con seriedad. Si nos encontramos
con una decepción, seguimos practicando y en algún
momento llegará un guía experto. Porque cuando el alumno
está preparado, aparece el maestro. Entonces, aprovechando
los desafíos de esta curiosa estadía, sembremos de manera
tal que, en la próxima cosecha, recolectemos un delicioso
despertar que alimente todas las consciencias hacia la Luz.
*Psicóloga. Magister en Psiconeuroinmunoendocrinología.
Especialista en Psicosomáticas e integración Cuerpo- Mente
- Espíritu. Investigadora. Docente UBA.
+ www.danielatagliani.com.ar