Manual de Diplomado en Valores

Para tener en cuenta!
lo importante que es saber hablar, aprender la correcta utilización de la palabra.
Sólo conociendo el arte de hablar, podemos evitar el abuso y mal uso de la palabra.
Hablar demasiado
Has pensado alguna vez, ¿cuál es la personalidad que reflejas a través de tus
palabras Cierta mañana, mi padre me invito a dar un paseo por el bosque y acepte
con placer. El se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me
preguntó:
- Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después respondí:
- Estoy escuchando el ruido de una carroza.
- Eso es -dijo mi Padre-. Es una carroza vacía.
- ¿Cómo sabes que es una carroza vacía, si aún no la vemos?
- Es muy fácil saber cuando una carroza esta vacía, por causa del ruido. Cuanto
mas vacía la carroza, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado,
interrumpiendo la conversación de todo el mundo, inoportuna, presumiendo de lo
que tiene… de sentirse prepotente y haciendo menos a la gente, tengo la impresión
de oír a voz de mi padre diciendo: "Cuanto mas vacía la carroza, mayor es el ruido
que hace".
CUALIDADES DEL BUEN CONVERSADOR
1. La cualidad más importante es la de saber escuchar. Al escuchar lo que dicen
los demás, les damos la oportunidad de expresar sus ideas, a la vez que mostramos
respeto y nos enriquecemos personalmente. Se debe de escuchar con atención,
amabilidad, tolerancia y comprensión. La atención es el primer deber del que
escucha, evitando toda distracción.
2. No hablar únicamente de uno mismo o de las cosas que solo nos interesan a
nosotros. Hemos de hablar de lo que sabemos interesa a los demás.
3. Al hablar de los demás lo haremos como nos gustaría que hablasen de
nosotros, igual si están delante que si están ausentes. “No hagas crítica negativa:
cuando no puedes alabar, cállate” (San Josemaría Escrivá de B).
4. Respetar siempre la opinión ajena, y si se presenta el caso, saber ceder con
dignidad en aquellos temas que no tienen trascendencia.
5. Se ha de evitar querer decir siempre la última palabra o ser indiscretos en lo que
se cuenta o se pregunta
6. A través de las posturas que adoptamos en cada momento, cuando nos
movemos o estamos quietos, nos damos a conocer: con ellas expresamos
fielmente, de forma más viva que con la palabra misma, que nos interesa la
conversación.
Para saber hablar es preciso saber escuchar (Plutarco )
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