Manual de Diplomado en Valores

Para tener en cuenta!
seleccionar uno o dos puntos, y tomarlos como pautas a seguir, con el fin de
intentar lograr la mejora deseada. Recuerde entre mas concreto el esfuerzo, más
eficaz es el resultado.
1. Intento crear un clima abierto de comunicación y confianza en la familia y
en el trabajo, con el fin de crear a mi alrededor un ambiente de sinceridad.
2. Reconozco mi propia realidad: cualidades, limitaciones, y posibles
prejuicios, sabiendo que si no se reconoce la propia realidad no es
posible manifestarla. Cuánta razón tenían los griegos al colocar en el
dintel del templo de Delfos la leyenda ¡Conócete a ti mismo! Quizás
tenemos que colocarla en nuestro escritorio o sobre nuestra mesa de
noche. Es indispensable saber quiénes somos, cuales son mis
circunstancias, mis fortalezas y debilidades, conocer nuestra intimidad.
3. Habitualmente manifiesto los diferentes aspectos de la realidad que he
percibido a la persona idónea y en el momento oportuno (No se trata de
contarlo todo a cualquier persona, la veracidad ha de ser gobernada por
la prudencia).
4. Cuando comparto información, ideas, sentimientos sobre aspectos de la
realidad que conozco, lo hago prudentemente y con caridad.
5. Baso mi actuar en la sinceridad de vida: la cual implica franqueza,
confianza y honradez.
6. Cuido de que mi ejemplo sea positivo sin mentir ni encubrir la verdad con
intención de inducir al error.
7. Reconozco las ocasiones en que no puedo ni debo manifestar la verdad,
ya que hablar sería faltar al secreto profesional o airear una intimidad
familiar de modo innecesario.
8. Evito las “mentiras piadosas” y exageraciones (muchas veces por
comodidad o para evitar un disgusto o salir airoso tendremos la tentación
de decir pequeñas mentiras, dando la impresión que ese tipo de mentiras
son lícitas. Así, por ejemplo, al recibir una llamada en un momento poco
oportuno, pedimos que digan que no estamos; o cuando nos llaman la
atención por no haber correspondido una llamada, podemos contestar
que no nos habíamos enterado, cuando en realidad tuvimos otros motivos
para no hacerlo).
9. Evito hablar mal de alguien, menos aún si no está presente. Evito
enjuiciar a los demás.
10. Me permito a veces pequeños engaños o fraudes, o por el contrario
pienso y actuó con sinceridad, siendo coherente entro lo que pienso, digo
y hago.
La verdad padece, pero no perece (Santa Teresa de Ávila)
94