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Quién retiene a quién<br />
Edipo Rey<br />
Casa Valentina<br />
una mesa? No es ninguna de esas cosas o puede ser todas<br />
esas cosas, pero la esencia de la acción está en la palabra y en<br />
una obra de teatro es central la estructura dramática, el cuento,<br />
hacer a través de la acción que todo avance. Y Edipo tiene<br />
una acción extraordinaria. Y lo que claramente traslado a mis<br />
alumnos es el método de las acciones físicas que yo aprendí,<br />
donde aparece la técnica que permite enfrentarte a cualquier<br />
situación o material. Y lo que les digo a todos es que el oficio<br />
del actor tiene muchos conceptos técnicos pero la única<br />
forma de aprenderlos es a través de la práctica.<br />
–¿Qué le dicen de Edipo? Fundamentalmente quedan<br />
fascinados con la versión de Jorge Vitti, cosa que a mí también<br />
me fascinó porque está lo suficientemente simplificada<br />
a nivel lenguaje para ser accesible en el presente. Muchas<br />
veces me han propuesto clásicos que me hubiese gustado<br />
hacer, pero la versión no daba.<br />
–¿Y cómo empezó a dar clases? Fue una idea de mi mujer<br />
(la actriz Paula Morales). La estaba ayudando a ella con<br />
unos textos y me dijo que me veía cualidades para dar clases,<br />
cosa que si me preguntabas un tiempo atrás jamás hubiese<br />
considerado y la verdad es que descubrí un mundo que me<br />
tiene muy feliz. Creo que es algo que no puedo dejar de<br />
hacer, abrí una puerta que nunca había considerado y estoy<br />
muy agradecido.<br />
–También está de gira con Casa Valentina, obra dirigida<br />
por Jose María Muscari que ya lleva varias temporadas.<br />
¿Usted había trabajado en ese registro alguna vez? En<br />
la secundaria me había disfrazado de mujer y nunca más, para<br />
lograr este personaje nuevamente recurrí a la técnica y al método<br />
que uso todo el tiempo. Con Casa Valentina vos te metés<br />
de lleno en un mundo que es el de estos tipos heterosexuales<br />
que se reúnen para vestirse de mujer, y tenés una hora y media<br />
de obra en la que estás de lleno con ellos, los querés y vivís<br />
su fantasía, hasta que entra un personaje que hace mi mujer<br />
(que interpreta a la hija de uno de estos hombres) que trae la<br />
realidad y el afuera a ese mundo en el que actores y espectadores<br />
habían estado tan inmersos, provocando un movimiento<br />
disruptivo que es muy bueno para la obra.<br />
–¿Y qué me dice del musical Quién retiene a quién, de<br />
Vinnie Favale y Frankie Keane? Nunca recibí tantas críticas<br />
halagadoras por un trabajo. Es un espectáculo que tiene<br />
críticas extraordinarias.<br />
–Es una obra en la que canta… Estoy lejos de hacerlo bien.<br />
–No lo creo... Bueno, es que tengo oído, siempre tuve una<br />
relación amateur pero sostenida a lo largo del tiempo con la<br />
música. Un universo musical que arranca con el tango que se<br />
escuchaba en mi casa cuando era chiquito, el pop y el rock de<br />
una adolescencia que coincide con la vuelta de la democracia,<br />
luego me hice muy amante del jazz y cuando quiero descansar<br />
de todo eso escucho música clásica así que la música tuvo<br />
y tiene una presencia central. Para hacer teatro tenés que<br />
tener un oído entrenado, cantes o no, porque la palabra es<br />
sonido. Lo cierto es que este es un año inolvidable porque<br />
apareció la docencia, algo que yo había descartado, otro es el<br />
musical que llegó en el momento justo y en el que hago un<br />
personaje muy interesante, un médium que une gente viva<br />
con gente muerta que tratan de unirse y él tiene su propia<br />
historia de amor con la genia de Florencia Otero.<br />
–Habiendo hecho teatro ininterrumpidamente durante<br />
tanto tiempo, ¿cuál es su relación con la crítica? No leo<br />
las críticas hasta varios años después. Aprendí a preservarme.<br />
Las guardo, o me las guardan, y las veo años después, y<br />
muchas veces me cago de risa con algunas cosas (risas). En<br />
la época de los primeros trabajos corría a buscar el diario y si<br />
leía algo como “Fabián Vena está correcto” me sentía pésimo.<br />
“Correcto” es algo como el cajero automático (risas), pero si<br />
alguien tilda una actuación de correcta es como matarla sin<br />
matarla del todo. Y hay otra que es peor, que es todavía más<br />
horrible, que te mata y te aniquila, cuando celebran algo así<br />
como “que bien está Vena cuando dice: ‘La mesa está servida’”.<br />
Ahí, te arruinaron porque en cada función, cada vez que<br />
diga “la mesa está servida” me voy a preguntar “¿Será que lo<br />
estaré haciendo bien?” (risas). Así que no señores, el teatro<br />
es para la gente, no para la crítica o para leer las críticas. Una<br />
obra de teatro, además de ser para el público, está viva, tiene<br />
que estar viva todas las noches. En el día del estreno te diría<br />
que el trabajo artístico se paraliza, porque vas a lo seguro, a<br />
los lugares que no suponen riesgos, luego, función a función<br />
vas volando más, probando cosas…<br />
–¿Qué relación tiene con las redes sociales? Algunos<br />
actores las usan muchísimo haciendo casi una suerte<br />
de Gran hermano de lo que se supone son sus vidas…<br />
Sí, lo sé. Pero claramente no es mi caso. Tengo redes sociales<br />
exclusivamente en función del trabajo y ni siquiera las manejo<br />
yo. No puedo ver ningún beneficio en cortar un momento<br />
que estás viviendo para publicarlo en Internet. Mucho menos<br />
entiendo qué sentido hay en pelearse online o considerar<br />
“amigo” a alguien a quien nunca viste solo porque compartís<br />
una plataforma de Internet. ¿Algo más loco que decirle<br />
amigo a un tipo de Facebook que nunca viste? ¿A los amigos<br />
verdaderos entonces, cómo tenés que llamarlos? (risas). Por<br />
supuesto que todas estas críticas no implican desvalorizar<br />
Internet como medio. Estar de gira y poder hablar con mis<br />
hijos por una pantallita tipo Star Trek es alucinante, también<br />
es bueno tener canales de información independientes y<br />
otras tantas cosas.<br />
–Para terminar, vayamos al pasado: ¿recuerda cómo<br />
se le ocurrió empezar a actuar? Creo que la sensibilidad<br />
artística estaba siempre dando vueltas por mi vida, a los 12 o 13<br />
años empezamos con un grupito del secundario a ir mucho al<br />
cine, al teatro, a recitales, a los 14 en un centro cultural de Mataderos,<br />
que era mi barrio, empecé a estudiar y tenía sensaciones<br />
extraordinarias. Todo cobró otra dimensión. El cambio de<br />
rol, el ponerse en los zapatos del otro, me resultaba terapéutico.<br />
Por ejemplo: estaba angustiado por algo de la escuela o una<br />
pelea con mi mamá, iba a la clase y salía a veinte centímetros<br />
del piso, cantando feliz y entendiendo que lo que me había<br />
angustiado un rato antes no había sido nada grave<br />
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