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2018, año del Perro de madera
Claudio Herdener ©
“Va a ser un año hiperrealista, con todo lo que está
pasando en el mundo, va a ser lo que es, sin ponerle
nada extra, hay momentos en los que el ser humano
entra en una crisis profunda y esto va a estallar en el
año del perro. Como especie humana estamos muy
mal, y el perro nos va a tocar las fibras más íntimas de
verdad, de entrar casi en una nueva comunidad de los
hombres. Esto de la globalización de la tecnología, hay
cosas que van a empezar a colapsar, y va a ser en el
año del perro. El mundo está definiendo su geopolítica.
Trump es perro de fuego, pero en el año del perro no
veo algo bueno para él. Este es un perro de tierra y
nos lleva a la tierra, y todo lo que es ajeno empieza a
metamorfosearse. El perro nos va a dejar como a la intemperie,
en la cucha, a mirar las pequeñas cosas de la
vida, volver a la familia, volver al fogón, ese me quiero
quedar en casita, porque el perro lo bueno que tiene es
que es familiero, es cariñoso, no es un perro combativo
este, pero al mismo tiempo está marcando un dónde
estuvieron ustedes, humanidad. A ver si bajan un poco,
si se conectan con la huertita, el yuyito, nos trae los
mensajes esenciales de la vida humana”.
–Fue incorporando otros pensamientos a lo oriental,
que fue integrando al libro… Yo siempre busqué, no
me quedé en el horóscopo chino, a mí la cosmovisión maya
me abrió el otro hemisferio del cerebro, y a partir de ahí, la
relación de lo maya con lo chino. Viajé a tierra maya, saqué
un libro sobre los mayas con Carlos Barrios que es un
antropólogo maya, El libro del Destino. Me dediqué a estudiar
a los mayas siete años de mi vida, fui la que trajo a José
Argüelles a la Argentina, moví mucha energía para que
salga el Movimiento Maya a la luz.
–Usted es una persona que ha trabajado en lo espiritual,
¿es creyente práctica de alguna religión? Yo
no pondría la espiritualidad en un lugar de gente especial
porque creo que eso le ha hecho mal a la humanidad. Todos
somos espirituales. Soy una persona creyente de un gran
espíritu, creo que hay algo superior, el Tao para los chinos,
pero en mi alquimia personal hago sincretismo total, y no
tengo conflicto porque todos los caminos conducen al mismo
mar. Todo esto para mí se traduce en ser más abierta a cada
momento de mi vida. Porque cuando menos fanático se es de
algo, uno está más abierto a buscar y explorar. Soy una mujer
muy curiosa, que me he metido en situaciones de peligro,
viajando, chamanismo…
–¿Se refiere a experiencias como la ayahuasca? No,
no probé, por suerte como mis iniciales son LSD, ya nací
colocada, soy alucinógena de nacimiento, te juro que nunca
me metí con cosas pesadas de drogas. Hablo de experiencias
fuertes, de meterme en el inframundo con un chamán, en
Guatemala, a tres kilómetros debajo de la tierra, sin saber si
salía o no. Son experiencias para fortalecer todo, tus miedos,
la oscuridad, la cosa interna. Cuando hablo de peligros
me refiero también a estar con maestros que manejan esas
instancias de conocimiento que están entre la locura y la
cordura. Yo me atreví a mucho. Se te tritura el ego con estas
cosas. También con algunos maestros poder separar lo que la
persona es de lo que hace. A mí no me interesa que me pongan
en un lugar mágico ni nada de eso, jamás hice consultas
privadas, porque no quiero que la gente ponga poderes en
mí. Además de todos los “no” que he dicho en estos años
para que no exista la medallita de Ludovica, algo para el telefonito,
todo es no. Estoy muy feliz escribiendo mis libros,
viajando y también doy seminarios. Para mí, lo que transmito
está en el libro, cada año, en el que además participa gente
muy valiosa, como Miguel Grinberg, que me acompaña
desde hace diez años.
–También trabaja con constelaciones familiares. Estoy
con constelaciones hace diez años, hice cuatro seminarios con
Bert Hellinger que es el fundador de este movimiento.
Para mí las constelaciones familiares fueron la llave maestra
como sanación y como búsqueda, no lo comparo con ninguna
otra técnica terapéutica. Fue un antes y un después. Me han
propuesto escribir un libro sobre el I Ching y las constelaciones
familiares, y quizás lo haga.
–Y en un momento, decidió dejar las luces del centro
y se fue a vivir a Traslasierra. Fue otra revolución, me fui
a la naturaleza y la naturaleza cambió mi frecuencia. Desde
el 2000 vivo allá, paso ocho meses del año. En Buenos Aires,
sacando esas redes afectivas que uno tiene, se ha puesto muy
difícil, hay que protegerse. Hay mucha tilinguería en Buenos
Aires. Vivir allá me dio una vida muy contemplativa, muy
creativa. Hago de todo, soy ama de casa, limpio, hago las
compras, hago lo que puedo por la gente del lugar, estudio,
leo. El libro lo escribo allá. En Córdoba también creé un movimiento
hace diez años para la refundación de la Argentina,
bien aspectada astrológicamente. Empecé a estudiar cartas
de la Argentina de todos los horóscopos, convoqué a un astrólogo
maya, a una mapuche, Miguel Grinberg y yo, y estudiamos
para encontrar una fecha para refundar la Argentina,
como hicieron todas las grandes civilizaciones. Coincidimos
que fue el 4 de diciembre del 2003 a las cinco de la tarde.
Refundamos la Argentina sobre las cenizas de mi campo quemado
y todos los años celebramos esto. Viene gente de todo
el país, en medio del campo, a la canasta. Doy seminarios y
traigo a otras personas que también dan charlas y seminarios.
Mi vida está volcada en este trabajo de transformación para la
gente del lugar y para los que vienen.
–¿Qué cosas le son fundamentales en su vida? Primero
llevarme bien conmigo misma, que lo he logrado. Me llevo
muy bien conmigo, me conozco y sé hasta dónde me da el
cuero para llegar hasta un lugar con alguien, cuándo me tengo
que guardar, creo que eso es lo mejor que tengo porque
no me excedo en nada, por suerte ya estoy lejos de esa pasión
de la juventud que me ha llevado a situaciones muy riesgosas
y ya ahora es el reposo de la guerrera. Y estoy en pareja con
Claudio, desde hace diez años. A los dos nos encanta vivir en
Córdoba, él ama la naturaleza y es un handyman y un mano
verde. Él es fotógrafo, trabajamos juntos, hace las fotos y los
videos, es un compañero increíble, estoy contenta, porque
además hemos logrado esto de poder trabajar juntos. A esta
altura tener un compañero y afinidades creativas es un lujo.
Eso me resulta importante, estar bien con él, con mis amigas
y amigos, tengo muy buenos amigos a través de la vida. La
salud holística. Soy una persona que agradezco a la vida, todos
los días sigo el calendario maya, prendo todos los días una
vela del color de ese día. Todo lo que he estudiado y lo que
hago no está disociado de mi vida real, esa es mi vida
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