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Entrevista
ocho
“Cuando soy
Frida me siento
poderosa”
JIMENA ANGANUZZI se lució a lo largo de todo el año con el unipersonal Frida, en el que
se mete en la piel de la famosísima artista mejicana. En diálogo con Quid, la actriz habló de
las diversas lecturas que se han hecho sobre el personaje que le valió tantos halagos de la
crítica, de su amor por los libros y de su trabajo en televisión, entre otros temas
POR N. G.
Nora Lezano ©
–¿Cuál era su relación con Frida Kahlo antes de interpretarla?
Conocía a Frida por sus pinturas, su historia de
vida, su amor con Diego Rivera, sabía que tenía un Diario
con sus escritos, pero no lo había leído, y también había visto
la película en donde actúa Salma Hayek, pero no mucho
más, y la verdad es que siempre me interesó el personaje, así
que cuando Patricio Abadi, el dramaturgo y director de la
obra me convocó, enseguida me fanaticé y empecé a buscar
material de ella por todos lados. En un principio dudé en
hacer la obra, sentía que era mucho personaje para mí, que
no iba a ser creíble, pero algo me dijo que lo tenía que hacer,
y en cuanto tomé la decisión me volví un poco fanática y me
animé, hoy, después de un año de funciones, siento que fue
una gran decisión, y estoy agradecida.
–¿Y qué cambió a partir de la obra? Cambió todo, lo
más significativo fue mi relación con Frida, la empecé a ver
más allá del personaje, me involucré mucho con su dolor
y la entendí, es como si me hubiera hecho amiga, todas las
funciones antes de que empiece la obra, mientras va entrando
la gente y yo estoy acostada en la cama toda tapada, en ese
silencio, hablo con ella, me conecto, es una especie de cábala
que tengo, pero más que nada lo vivo como un momento místico.
Es como si ella me diera el permiso para interpretarla.
Cuando soy Frida me siento poderosa, y es un momento de
mucha libertad.
–El compromiso emocional es evidente… Sabíamos
que la obra tenía que tener mucho compromiso emocional,
el momento que elegimos contar es casi el final de su vida,
antes de que le amputen la pierna, ella está sola en la cama de
un hospital, y va haciendo un repaso de toda su vida, que es
bastante trágica y de mucho dolor. Con Patricio trabajamos con
libertad, nos hicimos amigos, siempre es mejor trabajar con
gente que querés, y además nos divertimos, le pusimos humor.
Fue un proceso hermoso, de mucho trabajo íntimo entre los
dos, ensayábamos en la cama de su hijo, con sábanas infantiles
y rodeados de peluches, Patricio también es actor así que le
gusta mucho la actuación, los actores, y me guió y dirigió intensamente,
estuvimos muy conectados en el proceso de ensayos
y eso sumó a la obra. Siempre me remarcaba que debíamos
corrernos del personaje de estampita, de la Frida de merchandising,
y encontrar a la Frida humana, a la persona, y también
nunca olvidarnos de su dolor físico, eso se tenía que ver, tenía
que estar siempre presente.
–Frida es reivindicada por el feminismo, pese a haber
orbitado en torno a Rivera durante tantos años… Mucha
gente le critica su amor incondicional a Diego Rivera, ser
su sombra, yo creo que ella además de ser feminista estaba
enamorada perdidamente de Diego, y era humana, a veces el
amor te ciega, y no se puede hacer nada contra eso. De todas
formas, ella se reveló y se separó de él cuando se enteró de
que la había engañado con su hermana. Desde ese momento
se empezó a vestir de hombre y a tener relaciones con mujeres
y con hombres. Era una época muy machista y Rivera era el
pintor del momento. Además, no olvidemos que ella era una
mujer que pasó parte de su vida postrada, sin caminar, y atravesó
infinidad de operaciones. A pesar de eso tenía un carisma
y una personalidad apabullantes, una mujer muy comprometida
políticamente también, y sus pinturas tienen mucha fuerza,
transmiten su experiencia y su dolor, ella logró que su vida y
obra trascendieran y hoy se transformó en un ícono.
–Tanto en la obra –como en general– se menciona
ineludiblemente a León Trotsky junto a Frida…
Trotsky y Rivera fueron dos personas muy cercanas a ella,
es sabido su romance con Trotsky antes de que lo mataran,
cuando lo alojaron en la casa de ambos. Creo que resulta difícil
hablar de Frida sin nombrarlos ni hablar del machismo,
que continúa hasta hoy.
–Cerca del final de la obra, se habla de “la noble tarea
de enseñar”, cosa que usted comparte con ella… Me
identifico mucho con ese texto de Frida, cuando habla de la
tarea de enseñar, del amor a sus alumnos, hace unos años doy
clases de teatro junto a Lola Berthet, y es una actividad
que me encanta. Personalmente me da mucho placer enseñar,
compartir con los alumnos la actuación, el vínculo que
tengo con ellos es de mucho amor, algo que no me imaginaba,
me hace estar siempre activa, pensando sobre el teatro,
cuestionándome cosas, buscando respuestas, aprendiendo.
Verlos avanzar es algo increíble, me da mucha felicidad.
Poder transmitir algo de lo que sé y me apasiona es muy
placentero, es como estar todo el tiempo con la cabeza fresca
y despierta, se vuelve un espacio muy creativo.
–También estuvo trabjando en la televisión en la serie
Sandro de América… Volver a trabajar con Adrián Caetano
estuvo bueno, ya había trabajado con él en Tumberos, y
en un telefilm para Canal 7. Mi personaje es chiquito, pero él
siempre le suma mucho a todos los personajes, los hace interesantes.
Yo soy una de las “Nenas de Sandro”, las fanáticas.
Es siempre muy creativo trabajar con Adrián, tenés que estar
muy despierta porque le gusta improvisar y armar las escenas
en el momento, es un gran director de actores.
–Sé que le gusta mucho la literatura… Me encanta leer,
soy adicta a la lectura, que es lo que más disfruto, y también
me gusta escribir, ahora estoy intentando terminar una
novela. Dirigir es algo que me interesa mucho también, hace
unos meses dirigí una escena dentro de un ciclo de teatro y
literatura, trabajé sobre Iosi Havilio, un gran amigo que
quiero y admiro, sobre su novela Opendoor, y fue un desafío
personal muy hermoso y que me dio mucho placer.
–Está escribiendo una novela. ¿Cómo es eso? Cuando
empecé a escribir no sabía que iba a ser una novela, empezó
como un monólogo que quería actuar, pero después se fue
transformando en algo más narrativo y me di cuenta de que
tenía que ser una novela, la historia es muy autobiográfica, es
mi historia con mi familia, y está escrita en primera persona,
todo gira alrededor de lo que le va pasando a este personaje
en relación a la inminente muerte de su hermana. Aún no
está terminada, espero que sea pronto, es algo muy personal,
y terminarla sería cerrar algo de mi historia también
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