You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
MOSCÚ<br />
“ME DESPERTÉ<br />
POR EL TEMBLOR<br />
DE MI VENTANA…<br />
VI TANQUES QUE<br />
ROMPÍAN EL ASFALTO<br />
CON SUS ORUGAS”<br />
Desde la derecha El<br />
hotel Leningradskaya de<br />
Moscú; el restaurador de<br />
autos Ilya Sorokin; el gran<br />
lobby del Leningradskaya<br />
En<br />
lo que era el<br />
restaurante del GUM, recrearon una cantina<br />
de la era soviética – al estilo de las que todos<br />
los lugares de trabajo tenían para sus<br />
empleados. Curiosamente, en realidad fui a<br />
la cantina original del GUM hace 21 años –<br />
casi en el mismo mes – y si mal no recuerdo,<br />
comí unos misteriosos trozos de carne sobre<br />
una pila de trigo sarraceno, con una bebida<br />
de frutos rojos. En la actualidad, los posters<br />
de propaganda sobre las paredes son irónicos<br />
(“Señoras, ¡cuiden su dieta!; “¡Pidan por una<br />
salchicha en todas partes!; “¡Frutas y<br />
vegetales les ayudarán a mantenerse en<br />
forma!”) y el buffet rebalsa de caviar, borscht,<br />
arenque, salmón ahumado, torta de<br />
chocolate y espressos. El juego final que<br />
condujo a la disolución de la Unión<br />
Soviética comenzó en agosto de 1991 con un<br />
malogrado golpe de estado. Los comunistas<br />
más acérrimos trataron de detener las<br />
reformas del Presidente Gorbachev con una<br />
demostración de poderío militar, pero sólo<br />
sirvió para acelerar la ruptura final. “Ese día<br />
tenía una entrevista de trabajo en el<br />
Kremlin”, comenta Viktor Belyaev. Tiene<br />
alrededor de 50 años, y sorprendentemente<br />
ojos de dos colores, uno azul y el otro<br />
marrón. “A las 7.30 de la mañana, alguien<br />
me llamó por teléfono y dijo que había<br />
tanques en las calles. Le dije que se dejara de<br />
embromar y colgué. Cerca de una hora<br />
después, me desperté con el temblor de mi<br />
ventana. Miré hacia afuera y vi los tanques<br />
sobre Leninsky Prospekt, que rompían el<br />
asfalto con sus orugas”.<br />
Viktor se había graduado como el mejor de<br />
su clase en la escuela de cocina y trabajaba<br />
en Praga, el restaurante soviético más<br />
prestigioso de la época, junto con chefs<br />
octogenarios que alguna vez habían<br />
cocinado para el Zar. Fue destinado a<br />
trabajar en el Kremlin, donde pudo ver de<br />
primera mano las contradicciones que<br />
socavaron el poder soviético. En su lugar de<br />
trabajo, preparaba los mejores platos para<br />
los oficiales soviéticos. “Manzanas, carne,<br />
pescado, uvas, manteca. La mejor calidad”,<br />
recuerda. “Deseaba que mis hijos pudieran<br />
probarlos. Un salmón ahumado tan tierno<br />
que podías cortarlo pasándole un cuchillo<br />
sin filo”. Mientras tanto, la falta de<br />
productos básicos como la leche, el jabón y<br />
los zapatos eran una frustración diaria para<br />
los ciudadanos de a pie.<br />
Viktor actualmente es un chef muy<br />
galardonado con su propia firma de catering.<br />
De todos modos, como muchos rusos de más<br />
edad, para quienes la noción comunista del<br />
“nuevo hombre soviético” era un ideal de<br />
ciudadanía y responsabilidad, tiene<br />
sentimientos encontrados acerca de los<br />
cambios que han vivido. “Hace poco un<br />
hombre vestido de traje estaba tirado en la<br />
calle. Pregunté qué había sucedido y alguien<br />
dijo “Está borracho”. Me acerqué al hombre<br />
– conozco de primeros auxilios y había<br />
tenido un ataque al corazón. Le pregunté<br />
cuánto hacía que estaba allí y me contestó<br />
que hacía algunas horas. Eso no hubiera<br />
pasado en la época soviética. Alguien se<br />
habría acercado a ayudarlo”.<br />
No hay nada que ejemplifique mejor el<br />
patetismo y la aspiración de la URSS que el<br />
All-Russia Exhibition Centre, conocido por<br />
su antigua sigla soviética como el VDNKh.<br />
Este es un enorme parque de la era estalinista<br />
al norte de la ciudad donde una serie de<br />
pabellones y de esculturas externas<br />
conmemoran las 15 repúblicas que<br />
constituyeron la URSS y sus logros creativos<br />
y tecnológicos. En la entrada se encuentra la<br />
obra de la escultora soviética Vera Mukhina,<br />
el enorme Trabajador y Mujer de Kolkhoz. En<br />
su interior, una serie de estructuras extrañas<br />
compiten entre sí en monumentalismo y<br />
extravagancia. En el extremo más alejado<br />
hay un cohete de tamaño real del estilo de<br />
los que llevaban a los cosmonautas<br />
soviéticos al espacio.<br />
En la actualidad, el VDNKh necesita una<br />
importante renovación. Sus ornamentados<br />
pabellones todavía se mantienen<br />
curiosamente bonitos, pero el parque en sí<br />
está muy abandonado y está cubierto de<br />
atracciones de feria de mal gusto. Por alguna<br />
razón incomprensible, el Pabellón de<br />
Bielorrusia alberga una venta de ropa<br />
femenina y hay una muestra de tapados de<br />
piel en el pabellón de Electrificación.<br />
XXXXXXXXXXXXXXXXXXX<br />
44<br />
<strong>Junio</strong> <strong>2018</strong>