06.02.2019 Views

LA GUERRA DE LAS MUJERES

A la acción, intriga y rapidez descriptiva se suma el amor, con su inevitable acompañamiento de celos y rivalidad femenina, pues las dos protagonistas de esta excelente novela se enamorarán del mismo hombre. Dumas recrea una estampa de la guerra de La Fronda, con dos personajes que quieren ser los equivalentes femeninos de sus célebres mosqueteros: la astuta y encendida amante del duque Epernón, Nanón de Lartigues, y la rubia y valerosa Claire de Cambes.

A la acción, intriga y rapidez descriptiva se suma el amor, con su inevitable acompañamiento de celos y rivalidad femenina, pues las dos protagonistas de esta excelente novela se enamorarán del mismo hombre. Dumas recrea una estampa de la guerra de La Fronda, con dos personajes que quieren ser los equivalentes femeninos de sus célebres mosqueteros: la astuta y encendida amante del duque Epernón, Nanón de Lartigues, y la rubia y valerosa Claire de Cambes.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

hablaba perfectamente esta vez.<br />

—¿Qué dice a eso, señor Lenet?<br />

—Digo que la señora vizcondesa tiene razón, y que añade un buen voto a<br />

nuestras deliberaciones —respondió Lenet—, justamente entraba en aquel<br />

momento con un rollo de papel, con la misma gravedad que habría podido<br />

hacerlo de Tourville. Por desgracia —continuó—, el señor de Turena no puede<br />

dejar el ejército del Norte, y nuestro plan exige que marche sobre París al<br />

mismo tiempo que Mazarino y la reina marchen sobre Burdeos.<br />

—Siempre habréis observado, mi querida amiga, que Lenet es el hombre<br />

de las imposibilidades. Así, pues, ni el de Bouillón, ni el de Larochefoucault,<br />

ni Turena, son nuestros generalísimos, ¡sino Lenet!<br />

—¿Qué espera Vuestra Excelencia? ¡Es una proclamación!<br />

—Sí señora.<br />

—¡La de la señora de Tourville! Se entiende.<br />

—¡Justamente, señora! Salvo algunas enmiendas de redacción. Ya sabéis:<br />

¡el estilo de la Cancelería!…<br />

—¡Bueno, bueno! —dijo riendo la princesa—. No tenemos necesidad de<br />

ceñirnos a la letra; que haya el sentido, y basta.<br />

—Ése le hay, señora.<br />

—¿Y dónde debe firmar el señor de Bouillón?<br />

—En la misma línea que el señor de Larochefoucault.<br />

—Eso no es decirme dónde firmará Larochefoucault.<br />

—El señor Larochefoucault firmará debajo del señor de Enghien.<br />

—¡El señor duque de Enghien no debe firmar tal acta! ¡Un niño! ¿Lo<br />

habéis reflexionado bien, Lenet?<br />

—¡Lo he reflexionado, señora! Cuando muere el rey, el Delfín le sucede,<br />

aunque no tenga más que un día… ¿Por qué no habrá de ser el Delfín de la<br />

casa de Condé como el de la casa de Francia?<br />

—Pero, ¿qué dirá de Larochefoucault? ¿Qué dirá de Bouillón?<br />

—El primero ha dicho, señora, y se ha marchado después de decir: el<br />

segundo lo sabrá cuando ya esté hecho, y por consiguiente, diga lo que le<br />

parezca o lo que quiera, poco nos importa.<br />

—Ved ahí la causa de esa frialdad que os ha demostrado el duque, Clara.<br />

—Dejadle que se enfríe, señora; ya se calentará a los primeros cañonazos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!