El-Búho-de-Minerva-n2
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Universidad Virtual Atenea de México 35
totalitarios instauró una nueva lucha entre el Estado y el no-Estado, es
decir, entre el Estado y la vida humana. Si bien el Operativo Cóndor cesó
en sus funciones desde hace más de tres décadas, el modo de hacer
política que este Operativo inauguró continúa estando presente.
La praxis necropolítica en tiempos de pandemia
La emergencia sanitaria por COVID-19 en el mundo contemporáneo ha
permitido la implementación de medidas jurídicas y políticas que, sin
importar si éstas atentan contra la vida humana, buscan adecuarse a las
nuevas exigencias sociales. Dicho esto, resultaría contradictorio señalar
disposiciones que buscar afirmar y salvaguardar la vida al mismo tiempo
que pretenden menoscabarla o destruirla. Sin embargo, mediante la
praxis necropolítica la vida humana es escindida y destruida, por lo que
ciertas medidas o disposiciones que obligan a los seres humanos a
cuidar y proteger su vida, en tanto vida orgánica, pueden ser las mismas
que nieguen la reproducción de su vida, en tanto vida cualificada o
sociocultural. Esto, a su vez, significa que “los poderes dominantes han
decidido abandonar sin remordimiento los paradigmas de las
democracias burguesas, con sus derechos, sus parlamentos y sus
constituciones, para reemplazarlas por nuevos dispositivos cuyo
propósito apenas podemos entrever” (Agamben, 2020: 5).
El régimen jurídico-político que hizo posible la transformación de la
vida social en tiempos de COVID-19 es “el estado de excepción, esto es,
la mera suspensión de garantías constitucionales” (Agamben, 2020: 5).
Las disposiciones clínico-epidemiológicas adoptadas en distintos países
aunadas a la suspensión de garantías constitucionales han reforzado el
dispositivo de la bioseguridad que, como cualquier otro dispositivo,
tiende a “capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar y