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BILLBOARD Bolivia Diciembre 2021

CHARTS 3 Adele continúa en el número 1º por siete semanas con "Easy on Me" en el Billboard Hot 100. INTRO 10 Grammys 2022: La música se reúne en Los Ángeles. ENTREVISTAS Y PERFILES 16 Sebastián Carlomagno 18 Rodrigo Alonso 20 Enigma 22 Llane 24 SanLuis 26 Wisin y Yandel 28 Los N°1 44 Tainy 48 Tiago PZK 56 Draco Rosa 60 Keytin 62 BB Asul 64 Sarai 66 Delaossa 68 Dulce María 70 Maxiolly 72 Diego Torres 74 Parcels 76 Álbumes del mes 78 Bodas de Oro – 50 Años de Álbumes Clave: Hunky Dory, David Bowie

CHARTS
3 Adele continúa en el número 1º por siete semanas con "Easy on Me" en el Billboard Hot 100.

INTRO
10 Grammys 2022: La música se reúne en Los Ángeles.

ENTREVISTAS Y PERFILES
16 Sebastián Carlomagno
18 Rodrigo Alonso
20 Enigma
22 Llane
24 SanLuis
26 Wisin y Yandel
28 Los N°1
44 Tainy
48 Tiago PZK
56 Draco Rosa
60 Keytin
62 BB Asul
64 Sarai
66 Delaossa
68 Dulce María
70 Maxiolly
72 Diego Torres
74 Parcels

76 Álbumes del mes
78 Bodas de Oro – 50 Años de Álbumes Clave: Hunky Dory, David Bowie

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Un cambio saludable<br />

La carrera de David Bowie abunda en cambios de dirección, tanto en lo musical como en<br />

lo estético. Pero en los primeros años de su carrera hubo un álbum que anticipó el rumbo<br />

rockero, entre glam, espacial y misterioso, que iba a darle su primer gran roce con la fama<br />

en la primera mitad de los años ’70. Ese disco se llamó Hunky Dory.<br />

Por Alfredo Rosso<br />

Hunky dory es<br />

una expresión inglesa<br />

que significa<br />

“todo bien” o<br />

“viento en popa”,<br />

pero cuando David Bowie decidió<br />

ponerle ese título a su cuarto álbum<br />

de estudio, editado a fines de 1971,<br />

la frase era más una expresión de<br />

deseos que un reflejo de la realidad.<br />

Bowie venía de editar tres álbumes<br />

muy personales en los que había hecho<br />

lo que iba a ser una constante en<br />

su vida: seguir a su musa artística sin<br />

importarle los vaivenes de la industria.<br />

Así, “David Bowie”, de 1967, lo<br />

mostraba como un “crooner” de 20<br />

años, más cercano a Jacques Brel que<br />

al mundo de los Beatles, los Rolling<br />

Stones y el rhythm and blues en torno<br />

al cual había crecido. Una obra<br />

singular, aunque algo errática, que recién<br />

ahora obtiene la apreciación que<br />

amerita. Luego vino su primer hit<br />

“Space Oddity”, a caballito del cual<br />

salió su segundo álbum, del mismo<br />

nombre, en 1969, una ecléctica colección<br />

que se inclinaba al pop y al folk<br />

como vectores inspiradores, mientras<br />

que 1971 mostraba a Bowie en<br />

pleno proceso de maduración como<br />

compositor con una visión -con la<br />

aparición de “The Man Who Sold<br />

the World” en abril de ese año- y los<br />

primeros indicios de la consolidación<br />

de su personalidad artística con este<br />

cuarto disco que ahora cumple medio<br />

siglo de vida.<br />

Ayudó también el hecho de tener<br />

a su lado la compañía de músicos<br />

capaces y con empatía hacia su propuesta,<br />

como Mick Ronson en guitarra,<br />

Trevor Bolder en bajo y Woody<br />

Woodmansey en batería –los futuros<br />

Spiders From Mars- más la destreza<br />

de Rick Wakeman al comando de<br />

los teclados.<br />

“Honky Dory” fue grabado en los<br />

Trident Studios de Londres y producido<br />

por Ken Scott, con asistencia<br />

del propio Bowie, que figura en ese<br />

crédito como The Actor. En el álbum<br />

predomina una atmósfera acústica y<br />

baladística que quizás se vuelve más<br />

conspicua después del hard-rock que<br />

había asomado en el álbum previo,<br />

“The Man Who Sold the World”.<br />

Este cuarto álbum de Bowie comienza<br />

con “Changes”, un tema que más<br />

que cualquier otro en el repertorio de<br />

Bowie ha cobrado con los años carácter<br />

de manifiesto. Además de servir<br />

como insignia del espíritu siempre<br />

cambiante del músico, se hizo famoso<br />

por ese tartamudeo característico<br />

de su estribillo. La letra también<br />

enfatiza esa característica de David<br />

de contemplar un poco al medio que<br />

lo cobija desde afuera, de allí la frase<br />

“Look out all you rock-and-rollers”<br />

(cuídense todos ustedes, rockeros)<br />

como si les estuviese hablando a sus<br />

colegas desde una cierta distancia.<br />

La canción siguiente “Oh! You pretty<br />

things” había sido grabado a esa<br />

altura por Peter Noone, el cantante<br />

de los Herman’s Hermits, y había llegado<br />

al puesto 12 en el chart inglés.<br />

La estructura del tema tiene un aire a<br />

lo Paul McCartney pero la letra deja<br />

entrever un cierto coqueteo con la locura,<br />

al hablar de “grietas en el cielo”<br />

y otros simbolismos asociados a la<br />

personalidad dividida.<br />

No hay mucho para decir acerca<br />

de “Eight line poem”, excepto que<br />

tiene una bonita parte de guitarra de<br />

Mick Ronson y que mantiene una<br />

calma casi pastoral en su desarrollo.<br />

Después llega el que se ha convertido<br />

en uno de los más recordados de<br />

Bowie en este período y que, al ser<br />

editada en single tiempo más tarde<br />

-en el apogeo de la popularidad del<br />

cantante- llegó al puesto 3 del ranking<br />

de Inglaterra, en julio de 1973.<br />

El título se pregunta “Life on Mars?”<br />

(¿Habrá vida en Marte?)<br />

Con un ambiente casi de vaudeville,<br />

“Kooks” tiene un tono caprichoso<br />

y casi psicodélico y cierto aire<br />

folk. Una canción que Bowie dedicó<br />

a su hijo Zowie, por entonces recién<br />

nacido. Hay consejos típicos de padre,<br />

con un tono de humor, como<br />

“No te busques peleas con los matones<br />

/ porque no soy demasiado bueno<br />

en el arte de pegarle a los papás de<br />

tus compañeritos.”<br />

La atmósfera de “Hunky Dory”<br />

se enrarece y oscurece cuando nos<br />

encontramos con “Quicksand” (Arenas<br />

movedizas), una breve y efectiva<br />

reflexión sobre la futilidad de la condición<br />

humana. Puede parecer grandilocuente<br />

pero resulta atractiva por<br />

tratarse de una de las melodías mejor<br />

construidas del repertorio de Bowie.<br />

Enseguida nos encontramos con otra<br />

canción vaudevillesca, un resabio<br />

del Bowie a mitad de camino entre<br />

el Mod, la psicodelia y el crooner<br />

“camp” del primer álbum. El tema,<br />

de aire despreocupado, se llama<br />

“Fill your heart” y es en realidad un<br />

cover del estadounidense Biff Rose<br />

un cantautor de culto que tuvo sus<br />

quince minutos de fama en los años<br />

60. Y justamente, la persona que<br />

acuñó esa célebre frase sobre la fama<br />

es el destinatario de un homenaje, en<br />

forma de canción acústica, que lleva<br />

su nombre.<br />

En este ecléctico y variado cuarto<br />

larga duración de Bowie hay otro<br />

tributo, “Song for Bob Dylan”, donde<br />

el oyente no queda del todo seguro si<br />

el tono de la canción es de homenaje<br />

o de parodia, pero no importa demasiado,<br />

porque la letra está unida a<br />

una buena melodía.<br />

Cuando Velvet Underground surgió<br />

en los años 60s fueron pocos los<br />

que repararon en el poder renovador<br />

de su música y sus letras. Su enorme<br />

influencia en la explosión punk y sus<br />

derivados y su fama mundial sólo se<br />

consolidaron muchos años después<br />

de su separación. Sin embargo, hubo<br />

algunos iluminados que cantaron<br />

loas a VU muchos años antes y entre<br />

ellos se contaba el propio David<br />

Bowie, quien reconoce la influencia<br />

que el grupo comandado por Lou<br />

Reed tuvo en el décimo tema del disco,<br />

“Queen Bitch”.<br />

“Hunky Dory” llega a un dramático<br />

final con “The Bewlay Brothers”,<br />

tema que alude, a través de la ficción,<br />

a la relación de Bowie con su hermanastro<br />

Terry. La letra está llena de<br />

imágenes centradas, una vez más, en<br />

la maleabilidad y las engañosas cualidades<br />

del ser humano. “Ahora mi<br />

hermano yace sobre las rocas / puede<br />

que esté muerto / puede que no / puede<br />

que seas vos...”<br />

Editado el 17 de diciembre de<br />

1971, “Hunky Dory” capturó a Bowie<br />

en un momento de transición. Es<br />

bien posible que sea el primer disco<br />

en que David descubrió esa combinación<br />

mágica de estilos, interpretación,<br />

letras y carisma que lo instalaría<br />

en poco tiempo más como una<br />

personalidad única en el campo del<br />

rock. Por delante estaban hitos como<br />

“Ziggy Stardust”, “Diamond Dogs”,<br />

“Heroes” y “Scary Monsters”, por<br />

nombrar algunos clásicos que Bowie<br />

acuñaría en el siguiente lustro en su<br />

fase Glam y luego en su productivo<br />

pasaje creativo por Berlín, pero<br />

“Hunky Dory”, además de exhibir<br />

una personalidad propia solida, fue<br />

un mirador hacia el mundo de posibilidades<br />

que el músico inglés tenía<br />

por delante.<br />

<strong>BILLBOARD</strong>.BO<br />

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