Publicación CEPYME500 2022

Otros sectores
Análisis sectorial
se volvió a alcanzar cifra récord de
trabajadores, con 1,8 millones de
empleos, cifra que también se alcanzó
en los meses de julio y agosto.
Aunque el alojamiento ha tenido
un mayor impulso, recuperando los
datos de 2019, en las actividades de
restauración se superaron las cifras
de empleo en junio, y en los meses
de julio y agosto se situaron ligeramente
por debajo de las alcanzadas
en aquel año.
Motor económico
El sector de la hostelería es uno de
los motores económicos del país.
En 2019, antes de la irrupción de la
crisis de la Covid-19, contaba con
más de 320.000 establecimientos
que daban empleo directo a 1,7 millones
de trabajadores (1,3 en restauración
y 400.000 en alojamiento),
el 8,7% del empleo total de España
-lo que la convierte en la tercera industria
nacional- y el 64% del empleo
turístico. En conjunto, alcanzan
una producción de 130.841 millones
de euros, lo que supone una aportación
a la economía nacional del 6,4%
del PIB (4,9% la restauración y 1,5% el
alojamiento).
Esta actividad económica se caracteriza
por su heterogeneidad,
con diferencias en los bienes y servicios
que se producen y prestan,
diversidad de actividades profesionales
en una misma explotación
económica; coexistencia de diferentes
modelos de negocio (pequeña
empresa familiar, tradicional,
grandes cadenas con diferentes
fórmulas de gestión, franquicia, etc.).
A pesar de que los datos muestran
una buena evolución, con cifras cercanas
al período precrisis, la recuperación
real de los negocios está
siendo más lenta, marcada por los
elevados costes y las dificultades
en la contratación, que provocan
una reducción de los márgenes de
beneficios y la consiguiente pérdida
de rentabilidad de los negocios. En
este sentido, el fuerte incremento de
los costes, que ya se inició a mediados
de 2021 y que ha seguido escalando
en 2022, especialmente de la
energía, pero también de las materias
primas, imprescindibles para el
sector, ha impactado en la cuenta
de resultados de los negocios. Además,
los elevados costes han propiciado
una tendencia al ahorro por
parte del cliente que se pone de
manifiesto tanto en la reducción del
ticket medio, como en el descenso
en los momentos de consumo.
A los altos costes hay que unir los
problemas para encontrar trabajadores
en el sector, lo que supone
un impacto en los negocios incapacitándoles
en muchos casos para
explotar el local al 100%; obligando
a cerrar en determinadas franjas
horarias o adelantando cierre de
temporada, así como a reducir mesas,
espacios y reservas.
Ante esta situación de incertidumbre
generada por el entorno de subida
de costes de los alimentos y de
la energía, que provoca una reducción
en el margen de beneficios de
los negocios y una contención en el
gasto de los clientes, las previsiones
para el último trimestre del año son
de caída media de ventas que podría
situarse en torno al 10% respecto
al período prepandemia, en 2019.
“El balance del verano ha sido positivo, alcanzando cifras similares
a las de antes de la crisis, en 2019, como estaba previsto debido al
buen comportamiento del turismo tanto de extranjeros como de los
clientes nacionales, aunque con una menor rentabilidad debido a
los altos costes, de la energía, materias primas y las dificultades de
contratación, que hacen que las empresas tengan menores márgenes
de beneficios.
Al sector le espera un otoño duro debido a los altos costes y la
incertidumbre, que provoca menores márgenes y una contención del
gasto de los clientes, que frenan la recuperación; aunque la hostelería
tiene una gran capacidad de resiliencia, y es capaz de superar esta
difícil situación y saldrá de esta crisis igual que lo ha hecho en todas las
anteriores que se le han presentado”.
José Luis Yzuel | Presidente de Hostelería de España
Líderes en crecimiento empresarial 2022 CEPYME500 | 221