Publicación CEPYME500 2022

Industria |
Sector Industria manufacturera
Industria del metal
Industria del metal
La industria necesita
medidas que favorezcan la
competitividad de las empresas
El sector del metal se adentra en el
último trimestre de 2022 en una situación
de riesgo, en la que numerosas
amenazas han cambiado la
percepción moderadamente positiva
que se tenía a principios de año.
La producción industrial del metal,
registra ya tres trimestres en negativo,
lo que contrasta con el incremento
del 40% que anotó en el
ejercicio 2021. El Índice de Cifra de
Negocios, que mide la evolución de
la demanda actual y la facturación,
aumentó en lo que va de año un 9,5%
por ciento frente al 28,7% de 2021.
Por otra parte, el intenso crecimiento
del Índice de Precios Industriales
de la industria del metal, 14,4% acumulado
en el año, casi triplica el 5,5%
por ciento del mismo periodo del
año pasado.
Y todo ello se produce en un escenario
general con fuertes incrementos
de los precios de la energía y las materias
primas, presión fiscal y costes
sociales crecientes, y una inflación
en rangos de dos dígitos, que no dejan
mucho espacio al optimismo.
Recuperar los ritmos de crecimiento
anteriores al estallido de la crisis sanitaria
y su consiguiente desplome en
la actividad, con déficits asumibles e
incrementos sostenidos de la competitividad
y sobre bases realmente
sólidas, es el reto actual en el que el
conjunto de la economía española
se juega buena parte del bienestar
de las futuras generaciones.
Conseguir un crecimiento firme y
sostenido del PIB y, paralelamente,
reducir el déficit, sólo tiene un camino:
el que discurre entre la racionalización
fiscal y el incremento de
la competitividad apoyada en una
economía realmente productiva,
innovadora y capaz de exportar
productos y servicios a todo el mundo,
lo que es sinónimo de pujanza
industrial.
En una situación como la actual, ese
crecimiento de base industrial debe
cimentarse en la reducción del gasto
corriente y en una apuesta inequívoca
por la eficiencia del sector público
que reduzca su complejidad y elimine
competencias solapadas entre
las distintas administraciones a la vez
que le dota de capacidad de adaptarse
a la evolución económica.
Pero ajuste y racionalización deben
tener como horizonte la implantación
de medidas para favorecer la
competitividad de las empresas,
muy especialmente de las pymes
industriales, perjudicadas por su tamaño
en capacidad de competir en
igualdad de condiciones.
Es en el ámbito de la industria, el sector
económico que mejor garantiza
crecimientos económicos equilibrados
y sostenidos y mayor estabilidad
y continuidad da a los empleos,
donde se juegan buena parte de las
posibilidades de recuperación.
Frente a segmentos de actividad
más volátiles, una industria sólida,
diversificada y competitiva garantiza
empleos de calidad y genera
unas perspectivas ciertas de crecimiento
sostenible.
En las circunstancias actuales, con
un maltrecho tejido industrial, las
tareas pendientes para recuperarlo,
para hacer de la industria un sector
atractivo para la inversión, no son
menores.
La industria necesita de un entorno
normativo sencillo y previsible para
las empresas, un marco estable que
favorezca la innovación y la competitividad,
y la coordinación legislativa
entre todas las administraciones
públicas que asegure la unidad de
mercado en la que deben apoyarse
planes de inversión, producción e
innovación.
Es necesario favorecer el acceso
de las empresas a la financiación
en condiciones razonables y acabar
con la morosidad, muy espe-
048 | CEPYME500 Líderes en crecimiento empresarial 2022