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padreen - Universidad de Desarrollo Sustentable

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Sé que el día vendrá para cada uno <strong>de</strong> mis hijos cuando<br />

enfrentará la vida como adulto. Por lo tanto, me preocupo<br />

durante estos años formativos si los estoy preparandobienpara<br />

lavida. Creo que Dios nos ve a cada uno <strong>de</strong> nosotros y se plantea<br />

la misma pregunta.<br />

Muchos niños crecen sin preparación para la vida adulta; lo<br />

mismo es cierto con los hijos <strong>de</strong> Dios. Sin embargo, en el caso<br />

nuestro, no es porque Dios no trate <strong>de</strong> prepararnos. No pocas<br />

veces la culpa es <strong>de</strong> nuestro espíritu que no colabora con Él.<br />

¿Estamos permitiendo que Dios nos prepare para la madurez<br />

cristiana? ¿Estamos permitiendo a Dios que nos prepare para el<br />

"mundoreal"? Expondré cuatromarcas <strong>de</strong> la vidacristianaadulta<br />

con las que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>terminar si estamos permitiendo que<br />

nuestro Padre celestialnos <strong>de</strong>sarrolle parala madurez espiritual.<br />

UN CAMBIO DE ENFOQUE<br />

Los niños se inclinan a ser egocéntricos, pensando que el<br />

mundo gira alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ellos. Temprano en la vida cristiana,<br />

somos como bebés cuyo enfoque es en el "yo" y lo que Dios está<br />

haciendo para "mí". Pero tiene que llegar un día en que el<br />

enfoque cambie <strong>de</strong> "lo que Dios hace para mí" a un sentido <strong>de</strong><br />

estar en una empresa junto con Dios.<br />

Muchos cristianos nunca hacen ese cambio <strong>de</strong> enfoque. Por<br />

consecuencia, no están preparados para el mundo en el que Dios<br />

quiere que ocupensu lugar. A eso se le pue<strong>de</strong>llamarserun siervo,<br />

o un discípulo, o madurez;o con mentalidad para el ministerio, o<br />

lo que sea. No importa cómo se llame, está resumido como una<br />

actitud en Filipenses 2:3-4: "Nada hagáis por contienda o por<br />

vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los<br />

<strong>de</strong>más como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo<br />

suyo propio, sino cada cual también por lo <strong>de</strong> los otros."<br />

¿Ha notado usted lo particularmente sensibles que son algunos<br />

niños con sus padres? Parecen estar sintonizados con las<br />

necesida<strong>de</strong>s e intereses <strong>de</strong> sus padres. Mi hija es así. Aun a<br />

En plena sociedad 201<br />

temprana edad parecía presentir las necesida<strong>de</strong>s y el humor <strong>de</strong><br />

mi esposa y yo. Ella nos <strong>de</strong>cía algo en el momento preciso o nos<br />

tocaba en su propia y sorpren<strong>de</strong>nte manera. De igual modo,<br />

algunos hijos <strong>de</strong> Dios están mejor sintonizados con su Padre.<br />

Como pastor, aprecio en especial a los que están en la iglesia<br />

que tienen una mentalidad para el ministerio. Estas personas<br />

han aprendido a poner a otros primero.<br />

Recuerdo la mañana navi<strong>de</strong>ña cuando nuestros hijos nos<br />

<strong>de</strong>mostraron que estaban captando este cambio <strong>de</strong> enfoque. Nos<br />

<strong>de</strong>spertaron a Judy y a mí, como <strong>de</strong> costumbre, y nos apresuraron<br />

a que bajáramos. Desparramados alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> Navidad<br />

estaban todos los vistosos regalos esperando que los abrieran.<br />

Normalmentenuestroshijos casi no pue<strong>de</strong>nesperarparaabrir"sus<br />

regalos". ¡Pero esa mañana <strong>de</strong> Navidad ellos querían que mi<br />

esposa y yo abriéramos primero los regalos que nos daban ellos!<br />

Esperabancon ilusión nuestra reacción alo que habíancomprado<br />

para nosotros. ¡Yo estaba asombrado! Pero así es como nosotros<br />

<strong>de</strong>bemos ser con Dios ... másinteresados en honrarlo y dar a Él<br />

que en recibir <strong>de</strong> Él.<br />

Un amigo que es el coordinador internacional <strong>de</strong> un<br />

programa <strong>de</strong> misiones a corto plazo me dijo que había <strong>de</strong>scubierto<br />

"las dos malas palabras" entre los creyentes jóvenes<br />

<strong>de</strong> hoy. A lo largo <strong>de</strong> los años ha tratado con cientos <strong>de</strong> personas<br />

entre las eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> diecisiete y veintisiete. Invariablemente,<br />

las dos palabras que los incomodan sonsacrificio y compromiso.<br />

Las dos palabras que resumen un andar significativo y<br />

verda<strong>de</strong>ro con Dios son las mismas: sacrificio y compromiso. No<br />

obstante, entre la comunidad cristiana <strong>de</strong> hoy estos conceptos<br />

se han vuelto poco o nada atractivos.<br />

EN RIESGO: LA GLORIA DE DIOS<br />

Hay más en riesgo en mi andar con Dios que mi simple<br />

opinión <strong>de</strong> Él. En riesgo en mi andar espiritual está la gloria<br />

<strong>de</strong> Dios revelada en mí y por medio <strong>de</strong> mi vida.<br />

Lo que yo piense y cómo piense <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong> Él es importante,<br />

pero lo que Él haga conmigo no está gobernado por su<br />

preocupación por mis pensamientos acerca <strong>de</strong> Él. En otras<br />

palabras, la voluntad <strong>de</strong> Dios para mí no está supeditada a la

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