No. 27 - Its Gran Canaria Magazine

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GET TO KNOW GRAN CANARIA I CONOCE GRAN CANARIA EDICIÓN 27
Música escrita en Gran Canaria por Saint-Saëns
Salón Saint-Saëns. Teatro Pérez Galdós
Entre 1889 y 1909, siempre en invierno, el ya prestigioso
músico francés Camille Saint-Saëns realiza
estancias en Gran Canaria, principalmente huyendo
de las gélidas temperaturas de París, que tan
mal sentaban a su enfermedad pulmonar. En la
isla no solo encuentra una fuente de salud, sino
que también le permite disfrutar de una paz que
le inspira en la creación de nuevas obras. Hasta
hace poco el conocimiento de esas nuevas piezas
se ceñían, básicamente, a composiciones que dedica
al recuerdo de su estancia en Gran Canaria:
Valse Canariote y Campanas de Las Palmas. Dos
breves piezas evocadoras del lugar donde fue tan
feliz; antes de que su fama le traicionara y se convirtiera
en un personaje popular entre la sociedad
isleña. Recientes investigaciones han sacado a la
luz nuevas creaciones de mayor relieve y trascendencia
que se fraguaron en este lugar del Atlántico.
Un sospechoso empresario
Todo comienza en diciembre de 1889, cuando llega
a Las Palmas de Gran Canaria un misterioso
comerciante y comisionista francés; Charles Sannois.
Pronto establece relaciones con la pequeña
burguesía de la ciudad, principalmente en el Gabinete
Literario, donde sorprende por sus amplios
conocimientos musicales; algo no muy habitual
en su gremio. Gracias a esas virtudes, su presencia
se hace habitual en los ensayos y funciones de
la ópera del desaparecido Teatro Tirso de Molina
(hoy Teatro Pérez Galdós), donde llega a ofrecer
su colaboración para suplir a músicos y cantantes
de la temporada lírica; circunstancias que levantó
aún más asombro entre los locales. Pero poco
se tarda en descubrir la auténtica personalidad
del presunto empresario. La prensa europea llega
a la ciudad, y en ella se muestra la preocupación
por la misteriosa desaparición del músico Camille
Saint-Saëns, de quien se publica una fotografía.
El anónimo hombre de negocios no era otro que
el ya afamado músico francés, que ya por aquel
entonces había estrenado su ópera más universal,
Sansón y Dalila, entre otras importantes creaciones
de su repertorio.
Una figura única
A comienzos de este año, meses después del centenario
de su fallecimiento, Las Palmas de Gran
Canaria acogió la exposición Camille Saint-Saëns
en Gran Canaria, que rememoró el paso del compositor
francés por la isla. La muestra, comisariada
por Dionisio Rodríguez Suárez, músico, investigador
y miembro de la Societé Camille Saint-Saëns
de París, supuso un reconocimiento al autor por
su inestimable aportación a la cultura musical local
durante sus diferentes estancias en la isla; un
total de siete viajes entre 1889 y 1909. Según señala
Rodríguez “Saint-Saëns es un personaje de muy
largo recorrido, transversal en muchos sentidos,
librepensador, liberal y darwinista, sexualmente
abierto; apoyó a multitud de artistas mujeres y les
dedicó muchas de sus obras; fue un precoz animalista
y amante de la naturaleza, cientificista en
su época y curioso de todo lo que llamaba su atención
intelectual”.
Un legado universal
Más de cuatrocientas obras es la herencia que el
compositor francés Camille Saint-Saëns deja para
la historia de la música cuando fallece, a los 86
años. Entre las más populares, sin duda, la ya señalada
ópera Sansón y Dalila, el poema sinfónico
Danza macabra, o El Carnaval de los animales.
Virtuoso pianista y excelente improvisador al
órgano, su actividad creadora abarca todos los
campos de la música; con todos los instrumentos
y voces posibles.
Aparte del valor simbólico y reconocimiento
que supuso la efímera exposición Camille Saint-
Saëns en Gran Canaria, deja para la posteridad
un catálogo con ilustrativos textos de destacados
especialistas en su figura que hablan del legado
documental del paso del compositor por
la isla, donde se destaca su producción musical:
“En largas temporadas invernales en Gran Canaria
fraguó una treintena de partituras de toda
índole: ópera, canciones, un cuarteto de cuerda,
música de cámara y sinfónica, obras corales y
otras para órgano, por citar solo sus logros musicales”
resalta Dionisio Rodríguez Suárez.
Entre la ciudad y el campo
Antes de tomar la drástica decisión de abandonar
la isla, abrumado por los incesantes homenajes
y agasajos, Saint-Saëns hizo caso a un
compatriota y amigo y comienza a pasar largas
temporadas en una casona de Guía, al norte de
Gran Canaria, llamada Villa Melpóneme, que aún
se conserva. Allí es donde consigue algo de sosiego
para dedicar más tiempo a la composición.
Pese a la paz que allí sentía, rodeado de plataneras
y cerca del mar, se vio comprometido a aconsejar
sobre la compra del órgano de la Iglesia de
Santa María de Guía. Pero el compromiso excedió
del asesoramiento y él mismo fue quien lo
estrenó en un concierto ofrecido el 14 de enero
de 1900.
Gran Canaria como inspiración
Integrado en la vida musical de la isla, como ya
se ha señalado, Saint-Saëns no sólo realizó conciertos,
sino que su implicación fue mucho más
allá. Entre otros, consolidó a la Sociedad Filarmónica
de Las Palmas, fundada en 1845, hoy día la
más antigua de España; por ello fue nombrado
Presidente de Honor. Así mismo, ayudó al maestro
canario Santiago Tejera a investigar en los
archivos musicales de la Catedral de Santa Ana,
transcribiendo algunas de sus obras para la posteridad;
Antífonas e Himno a Santa Teresa, entre
otras joyas de la música antigua. Llega incluso
a interpretar algunas de sus obras en el templo,
ante el regocijo de un público que nunca había
escuchado sonar tan bien el vetusto órgano.
Hoy día su recuerdo permanece vivo en la isla
y calles y plazas de sus pueblos y ciudades así
lo atestiguan. Un busto de su figura está en el
exterior del Teatro Pérez Galdós. En su interior,
el espacio más bello del edificio lleva su nombre:
Salón Saint-Saëns. Todo parece poco para recordar
a uno de los visitantes más ilustres de Gran
Canaria, cuando la isla era un lugar tan remotamente
exótico como cercano. Pero tal vez, el mejor
reconocimiento de su paso por la isla es continuar
con la catalogación definitiva de su obra
donde, según los expertos, es muy probable que
se encuentren más obras esenciales de su repertorio
compuestas y reescritas en Gran Canaria.