No. 33 - Its Gran Canaria Magazine

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GET TO KNOW GRAN CANARIA I CONOCE GRAN CANARIA EDICIÓN 33
Castillo del Romeral,
un paseo por la historia en el este de la isla
La historia de Castillo del Romeral está estrechamente vinculada
a las salinas. Existe documentación que indica que las primeras
se construyeron en 1537, estableciéndose con ellas los
primeros asentamientos. Con el paso de los siglos, el número
de salinas aumentó debido a la demanda de sal, principalmente
para la conservación del pescado, alcanzando su momento más
destacado a mediados del siglo XIX. En ese período, se convirtieron
en las más numerosas e importantes de las Islas Canarias
en términos de superficie y producción.
Debido a los continuos ataques de piratas y corsarios, y con el
propósito de proteger las salinas, en 1677 el rey Carlos II de España
autorizó la construcción de la fortaleza, conocida como
castillo o casa fuerte de Santa Cruz del Romeral. Las obras
comenzaron en 1681, y este elemento defensivo daría nombre
al pueblo que es hoy. En lo que respecta al topónimo de Romeral,
una de las opciones que cuenta con mayor aceptación entre
los historiadores es la asociación con la presencia abundante de
una planta aromática y medicinal muy valorada que prospera en
la región: el romero.
Esta fortaleza experimentó remodelaciones significativas en el
siglo XVIII. Tras estas intervenciones, el recinto tuvo la capacidad
de albergar hasta trescientos o cuatrocientos hombres. Los servicios
ofrecidos por este castillo desempeñaron un papel crucial
en la defensa de la isla, así como en la protección de la industria
salinera y de los barcos de cabotaje y pesca. Estos últimos,
a menudo acosados por corsarios, encontraban refugio bajo la
formidable artillería que la fortaleza poseía para la época. Con
la desaparición de corsarios y piratas en la Europa del siglo XIX,
la fortaleza dejó de cumplir su función original. Además, con
la aparición de las cámaras frigoríficas, las salinas perdieron su
rentabilidad y se abandonaron. Tanto es así que hoy en día casi
no queda constancia física ni de las salinas ni de la Casa Fuerte
del Romeral.
Hoy en día, Castillo del Romeral es un lugar notablemente diferente
a entonces. Este pintoresco pueblo costero, situado en el
sureste de Gran Canaria, se erige como un rincón idílico para disfrutar
de un día de playa y deportes, ofreciendo todas las comodidades
necesarias. A pesar de que, debido a su ubicación, suele
experimentar los vientos fuertes característicos del sureste de la
isla, en días de viento moderado se convierte, sin duda, en una
parada casi obligatoria. Aquí, podemos deleitarnos con pescado
fresco en la amplia oferta de restaurantes especializados y darnos
un refrescante baño en sus aguas cristalinas.
El Castillo del Romeral cuenta con diversas playas de cantos rodados,
destacando sus impresionantes piscinas naturales que
no tienen nada que envidiar a las famosas del norte de Gran Canaria.
Esto constituye la elección perfecta para aquellos que buscan
este tipo de baño en una ubicación cercana o para quienes
prefieren lugares menos concurridos.
Recientemente renovado, su paseo marítimo, que supera los
quinientos metros de longitud, es una joya visual. Rodeado de
palmeras, zonas ajardinadas, parques infantiles y áreas para ejercicios
al aire libre, ofrece espacios de descanso y zonas deportivas
ideales para la práctica de fútbol o baloncesto. Todo esto se
complementa con las coloridas casas en primera línea de playa,
cuyas fachadas han sido restauradas con esmero.
A lo largo del paseo marítimo de Castillo del Romeral, encontramos
las dos grandes piscinas naturales anteriormente mencionadas:
una pequeña, con 100 metros de longitud, y una segunda
de 230 metros de largo. Ambas están adaptadas con
rampas para garantizar un baño seguro y protegidas por barreras
de hormigón que actúan como rompeolas, proporcionando
una experiencia placentera para el baño. Este entorno es ideal
para disfrutar con los más pequeños.
Para los amantes de la aventura, deseo compartir una recomendación
destacada: en las proximidades de Castillo del Romeral,
se encuentra el imponente macizo de Amurga. No obstante,
nuestra ruta no tiene la intención de sumergirse en el barranco,
sino de explorar la fascinante atracción geológica que distingue
esta región de la isla. A una altitud de 315 metros sobre el nivel del
mar, se erige El Arco del Coronadero, el arco o puente de piedra
natural más grande de Gran Canaria, compuesto en realidad por
dos cimbras: el Arco Menor y el Arco Mayor. Estas formaciones se
han moldeado, al igual que todo el entorno circundante, debido
a los efectos de la erosión provocada por las coladas de lava.
La caminata hacia este hito geológico tiene una duración aproximada
de dos horas, partiendo desde las pintorescas piscinas
naturales del Castillo del Romeral. A pesar de la ausencia de
señales o carteles indicativos a lo largo del trayecto, se sigue
un sendero costero de tierra que conduce al antiguo almacén
de sal. Desde este punto, se continúa hacia la machacadora de
Juan Grande desde la gran rotonda que encontrarás siguiendo
una carretera asfaltada y, después de pasar por una entrada con
barrera, el camino atraviesa un túnel que cruza la autopista. Posteriormente,
un sendero de tierra guiará el ascenso bordeando
el Barranco Hondo. En esta aventura de dificultad media, es esencial
recordar utilizar calzado adecuado para la actividad.
Como podemos ver, el Castillo del Romeral no solo es un destino
playero; es una experiencia cultural diversa que fusiona historia,
deporte y la esencia relajada del sureste grancanario, ofreciendo
a los visitantes una visión diferente y cautivadora de un destino
menos frecuentado por los turistas.