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para trabajar”. Creo que existe un Dios que creó un Universo
perfecto y que si te enfocas en algo y estás presente, las cosas
se van dando como se deben dar. Pero, definitivamente, hay
que estar. Yo sí creo que en nuestros genes heredados puede
haber un sexto sentido, que no es magia sino sólo una parte localizada
en el cerebro que nos permite sentir más. Algunos en
la familia lo desarrollan más que otros. Me quedo con lo que
siempre decía mi papá: “Para tener suerte hay que andar en la
suerte”, frase que se me quedó grabada desde niño.
Mi hermano Alan:
-La suerte es mera circunstancia. Para tener suerte tienes que
estar rodeado de eventos positivos y entonces las cosas se darán
a tu favor. Por supuesto, podemos atraer los eventos o la energía
positiva, rodeándonos de gente que piensa igual que uno.
Sí creo que existen dimensiones de pensamiento y que quienes
se la pasan buscando, pueden subir a otra dimensión y ver
otras cosas. Tú, por ejemplo.
Todos tenemos la posibilidad de lograr todo lo que nos propongamos
si tenemos visión y un objetivo claro. Si piensas que
puedes cruzar el mar, tarde o temprano lo vas a lograr.
Mi hermana Vanny:
-Por supuesto que creo en la magia. Y tú me has enseñado
que todo es posible si uno se lo propone. Igual que mi mamá,
pienso que es un don. Tú lo tienes y por eso siempre estás ayudando
a todo el mundo. No se me hace raro porque cuando yo
era chica tú ya leías el café y yo crecí con eso; siempre lo vi como
una cosa normal, ahora me doy cuenta de que siempre me
ha gustado que así sea; me parece excelente que puedas hacerlo.
El curso que tomé de “Una ventana al interior” me sirvió muchísimo.
Mi hijo Alberto:
-¿Creer en la magia? Claro que sí. Nací con ella. Desde los cinco
años de edad me acuerdo de ti leyendo el café. Mi primera
experiencia mágica fue cuando me dio neumonía y un amigo
tuyo me curó con Reiki, yo tenía unos 17 años. Salí corriendo
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