You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
-…porque quieres atraerlo de nuevo a tu vida.<br />
-Sí. Y me dijeron que tú haces muy bue<strong>no</strong>s amarres.<br />
-Sí, pero cobro dos mil pesos.<br />
-¿No es mucho?<br />
-Depende de cuánto consideras que <strong>vale</strong> tu matrimonio.<br />
Al día siguiente llevé lo que me pidió: dos mil pesos, un calcetín<br />
de mi marido, su fotografía y un frasco de mayonesa vacío. Con el<br />
calcetín, Paco formó un muñequito al que le pegó la fotografía de<br />
él y dos pedacitos de papel de estraza con los <strong>no</strong>mbres de ambos.<br />
Lo metió en el frasco.<br />
-Ahora sí. Al llegar a tu casa vas a poner en el frasco, mitad<br />
agua y mitad miel.<br />
-Oye, pero, ¿<strong>no</strong> es un fetiche?<br />
-Para nada. Esto es magia blanca. Lo único que va a pasar es<br />
que cada vez que muevas el frasco con el muñequito, tu marido<br />
va a reaccionar y sólo va a querer estar contigo. Cuando pongas<br />
el agua y la miel debes decir, lo más concentrada que puedas y<br />
creyendo absolutamente en lo que estás diciendo: “Mi esposo<br />
me pertenece y nunca <strong>se</strong> irá de mi lado”. Escóndelo donde nadie<br />
lo vea y muévelo tantas veces puedas.<br />
Lo escondí en el cló<strong>se</strong>t de mi recámara, en la parte de arriba,<br />
en un rincón. Todavía dormíamos juntos. Casi a diario, cuando mi<br />
marido salía del baño y <strong>se</strong> preparaba para ir<strong>se</strong> a trabajar, yo le rogaba<br />
que reconsiderara su propuesta de divorciar<strong>no</strong>s. Y digo casi a<br />
diario porque un día quería recuperarlo y al siguiente, perderlo para<br />
siempre. Así de confundida estaba.<br />
-Por favor, <strong>no</strong> <strong>no</strong>s <strong>se</strong>paremos.<br />
-Déjame vestirme y ya <strong>no</strong> insistas, <strong>no</strong> tiene <strong>se</strong>ntido.<br />
Lo único que yo hubiera querido escuchar era: “sí, claro que podemos<br />
<strong>se</strong>r felices de nuevo, vamos a intentarlo”.<br />
AI ver que con un amarre <strong>no</strong> era suficiente, Lidia <strong>se</strong> ofreció a<br />
ayudarme de nueva cuenta.<br />
Primero me llevó con un santero de <strong>no</strong>mbre Jesús. Él me dio una<br />
bolsita con un polvo gris -que simbolizaba la tierra- que yo debía<br />
esparcir sobre un papel también de estraza donde estaba escrito<br />
50