no se vale - Realizate.com

Yo me hago limpias con hojas de pirul y ruda. La ruda nada
más me la paso por todo el cuerpo; con las hojas de pirul que compro
en el mercado hago un té y con él me lavo las manos. De esa
manera se evita el mal de ojo.
Alegra es muy acertada. Durante el último año fui a su casa cada
domingo. Con infinita ternura, me hacía sentir como si estuviera
en mi propio hogar. “¿Vas con Alegra, mamá?,” me preguntaba Daniela
al levantarse. “¿Quieres acompañarme?”. Y aunque estuviera
agobiada por las tareas universitarias, su curiosidad era mayor. A
esos domingos les llamé “Los domingos con Alegra”. La escogí para
que formara parte de este libro porque hace lo mismo que yo, pero
tiene una habilidad distinta: ve letras que a mí no me aparecen
cuando hago lecturas. Invariablemente ha atinado las iniciales de
personas con las que hago negocios o con quienes trabajo. Por
ejemplo, hace poco tiempo me dijo “Te veo trabajando con una persona
de iniciales D y O”. “No tengo idea de a quién te refieres”, le
respondí. Sin embargo apunté todo lo que vio en la taza. Semanas
después descubrí que se refería a Olga Durón, quien ha trabajado
conmigo en la corrección de estilo de esta obra.
Alegra también es judía de origen árabe, de tal manera que cada
vez que me voy de su casa y sale a despedirme, entiende el cariño
que siento por ella cuando le digo “Alamac”, “ve con Dios”.
Conocí a Edna hace apenas unos meses, en el 2005. Silvia me
había contado que tenía una amiga vidente que también era sanadora.
Le pedí que me la presentara. La llamé por teléfono e hicimos
una cita. Me asombró lo acertado de su lectura sin necesidad
de cartas, café o cualquier otro medio.
-Quisiera que me dijeras algo de mi padre -le dije después de
saludarla.
Una pausa, un sorbo de café, una fumadita de cigarro. Me miró
fijamente.
-Veo un mes, dos; un día, 6 o 7, se llamaba Simón y lo asesinaron
en su casa.
Acto seguido, describió la escena del crimen con todo detalle
frente a mi total asombro. Ni aun si hubiera leído Así… no se vale
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