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Seis años duró nuestra estancia en San Diego. Volvimos al<br />
año de que murió mi padre, principalmente porque yo quería<br />
estar cerca de mi familia. Los últimos diez me<strong>se</strong>s fueron<br />
realmente difíciles: además de la inmensa tristeza de perder a mi<br />
papá, yo me la pasé viniendo a México cada <strong>se</strong>mana, de lunes a<br />
viernes, haciendo todo tipo de trámites al lado de mi herma<strong>no</strong><br />
Amín para sacar de la cárcel a mi mamá y a mi herma<strong>no</strong> Alan, acusados<br />
injustamente del homicidio. “Eres muy fuerte, Terry” , me decían<br />
constantemente mis amigos, mis primos, mis tíos y mis abuelitos. “Y<br />
tengo que <strong>se</strong>r más”, les respondía, consciente de que precisamente<br />
la fortaleza de mi mamá y de Alan era la que me mantenía de pie<br />
y entera para continuar luchando.<br />
Diariamente, al llegar a casa de mis abuelos, les relataba todo<br />
lo que había pasado durante el día: con qué funcionarios y periodistas<br />
<strong>no</strong>s habíamos entrevistado Amín y yo, qué <strong>no</strong>s había dicho<br />
cada u<strong>no</strong> de ellos, qué citas teníamos para los días siguientes. También<br />
tenía que llamar a mi casa para contar a Alfi cómo iban las<br />
cosas. “Tienes que tener mucho cuidado, Terry”, “Creo que lo mejor<br />
es que ya <strong>no</strong> sigas, puede <strong>se</strong>r peligroso”. “No me parece acertado<br />
que busques con tanto interés a tal o cual funcionario.” Entendía que<br />
me quería proteger, pero en mi corazón yo sabía que nada me detendría.<br />
Al paso de unas <strong>se</strong>manas, nuestras conversaciones telefónicas<br />
fueron cada vez más cortas. “Hoy fue un día muy difícil y estoy agotada”,<br />
o “Es que <strong>no</strong> te puedo contar porque el teléfo<strong>no</strong> está intervenido”.<br />
Y al llegar a San Diego el tiempo apenas alcanzaba para<br />
estar con la familia, atender los problemas domésticos y preparar<br />
todo para mi regreso el siguiente lunes a la ciudad de México.<br />
Así, un año después regresamos a vivir al D.F. La casa estaba<br />
tal <strong>com</strong>o la habíamos dejado; cada cosa en su lugar. Pero algo den-<br />
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