no se vale - Realizate.com

“Al igual
que restablezco mi alma, debo restablecer mi cuerpo”.
Como dice Silvia: “En la vida hay quien prefiere ser
espectador y quien decide vivir intensamente. Si tú eres
de estos últimos tienes que entrar a los círculos del baile y darle,
darle, darle, rumbear y rumbear, ser feliz”. Me sugerí a mí misma
hacer algo de ejercicio. Martha, una compañera del diplomado, me
llamó por teléfono:
-Tengo un grupo de amigos con los que salgo cada viernes, ¿te
gustaría venir con nosotros? Esta noche iremos a bailar.
-¿A dónde?
-No sé, a algún lugar de Insurgentes. Rae es quien siempre
escoge el sitio.
“Rae”. Recordé que así se llamaba un viejo amigo que hacía
años no veía.
-Sí, sí voy.
¿Bailar? ¿Ir a bailar con un grupo de desconocidos a algún lugar
de Insurgentes? Nunca antes se me hubiera ocurrido. Pero ahora
que estaba por salirme de la rutina diaria y que había elegido divertirme,
¿qué mejor forma de hacerlo que bailando?
“Disco blue” se llamaba el centro nocturno. Los amigos de
Martha fueron llegando uno a uno, unos doce en total. De pronto
volteé y vi una cara conocida. Era Rae.
-¡No lo puedo creer! ¡Terry!
-¡Rae! ¿Qué haces aquí?
-¿Yo? Más bien ¿qué haces tú aquí?
Me invitó a bailar. Le conté de mi divorcio; él también se había
separado.
-Sí se siente uno triste pero, aunque no lo creas, llega el momento
en que ya ni te acuerdas.
-¿Al cuánto tiempo pasa eso?
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