no se vale - Realizate.com

anda por la vida. Y, por primera vez, ama con locura a la
vida.
A Terry, mi maestra. Tú serás la corresponsable de las maravillas
que están por venir.
Los niños. Me gusta enseñar a los niños de mi familia y a los
hijos de mis amigos. Los hijos de Sharon, Alejandro y Daniela;
la hija de Olga, Valentina y, por supuesto, mis nietos, son mis alumnos
predilectos. Pienso que son ellos en quienes puedo sembrar la
semilla que germinará en las nuevas generaciones.
José, el hijo mayor de Fredelle, nació en el mes de diciembre.
Lo primero que hice, como buena maga, fue encargarle a Jorge Escamilla
su carta astral; lo mismo sucedió cuando nació su segundo
hijo, Alfonso. En mi casa, el lugar favorito de ambos es el vestidor
donde tengo las fotografías de mis seres queridos, entre ellos y en
un lugar preponderante, mi padre. Desde muy pequeños, antes de
que pudieran siquiera hablar, entramos al vestidor con una lamparita
encendida que refleja ángeles en las paredes. “Miren a los angelitos,
salúdenlos, miren cómo vuelan, llegaron para saludarlos”. Los
niños saludan a los ángeles y los ángeles les obsequian chocolates.
De esta forma, sus emociones registran que es posible realizar todo
lo que deseen. Sus células, como dice Caroline Myss, se programan
para creer. Conocen el método de curación a través de energía y les
encanta que con mis manos aleje sus malestares. Saben que tienen
un mago en su interior y que es posible cumplir todo lo que se propongan
en la vida.
-Mamá -me dijo Fredelle en diciembre del 2004-. No lo vas
a creer. Para la obra de teatro que van a escenificar en la escuela,
José va a representar el papel de Aladino.
“Nada es casualidad”, pensé una vez más.
Hace dos fines de semana invité a mis hijas a convivir en Acapulco.
Llegamos el viernes. Salimos a caminar para disfrutar el atardecer,
cuando el cielo entrelaza colores rojos en las nubes. Mi nieto
José está por cumplir cuatro años; Alfonso tiene dos. “Te”, me lla-
149