no se vale - Realizate.com

-Es que no puede ser que las mujeres nos cortemos la vena
porque pasó la mosca -me dijo Elena. -Pero no pasó la mosca,
estoy en duelo porque esta relación murió.
-Sí, pero no era el caso. ¿En qué momento caíste locamente
enamorada? ¿No habíamos quedado en que era “sólo por hoy”?
-No pude.
Estábamos con un grupo de amigos en Il Canto, un lugar donde
podíamos cantar a voz en cuello cuando quisiéramos. Curiosamente
no nos habíamos instalado en las llamadas de celular a celular
a quienes tuviéramos en la agenda.
-¿Te fijas que no nos hemos puesto a hablar por teléfono a todos
los galanes que conocemos?
-Se nota que ahora sí estamos tristes. Si no, estaríamos como
las chavas de la mesa de junto: no paran de marcar y de reírse.
-Oye, ¿cómo va esa canción de José Alfredo Jiménez que dice
“a tiempo amar y desatarse a tiempo”?
-Terry, por favor. Ésa no es una canción de José Alfredo Jiménez,
es un poema de Renato Leduc que luego fue musicalizado.
Tiene una historia hermosísima: Leduc lo compuso en una
cantina de Tlalpan, cerca de donde él vivía, porque otro comensal
le dijo “¿A que no puede usted construir un soneto que en
cada frase lleve la palabra tiempo?” Entonces Renato Leduc
escribió: Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y
desatarse a tiempo. Como dice el refrán: dar tiempo al tiempo,
que de amor y dolor, alivia el tiempo.
-Lo que sigue es: Aquel amor a quien amé a destiempo, martirizóme
tanto y tanto tiempo, que no sentí jamás correr el
tiempo tan acremente como en ese tiempo.
-Y te voy a decir la frase final, te queda que ni mandada hacer:
Amor de aquellos tiempos, cuánto añoro la dicha inicua de
perder el tiempo. En eso de la diferencia de edades, Terry, puedo
asegurarte que no hay un tiempo determinado para amar. El
amor llega simplemente cuando tiene que llegar, sin tiempos,
sin espacios, sin edades. Todas las separaciones son un duelo, significan
vivir la muerte de alguien.
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