31 de diciembre fun fun fun - Le chasseur abstrait
31 de diciembre fun fun fun - Le chasseur abstrait
31 de diciembre fun fun fun - Le chasseur abstrait
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Mitre. Histórica plaza. Espacio ver<strong>de</strong> al que no le gusta el otoño, aunque le que<strong>de</strong>n bien las hojitas<br />
doradas repartidas, sin un or<strong>de</strong>n aparente, por toda su extensión. Plaza mítica que espera con ansias<br />
una nevada que nunca llega. Una nevada… pero una nevada posta.<br />
Plaza que estuvo encerrada en el pasado y aunque hoy es libre, pi<strong>de</strong> estar encerrada <strong>de</strong> nuevo.<br />
“Las cosas se han puesto difíciles… por no <strong>de</strong>cir jodidas”, me dice.<br />
En la plaza hay un cartel azul. Y en frente al actual Tribunal Superior <strong>de</strong> Justicia. Y en la Casa<br />
España. Y en el Correo. Y en el Complejo Cultural <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> Ramón y Cajal.<br />
Pero más me gusta la Plaza. Me gusta cruzarla en diagonal. Detenerme frente al monumento <strong>de</strong><br />
San Martín y mirar las calles que la ro<strong>de</strong>an. Cada vez que miro alre<strong>de</strong>dor y me encuentro con esos<br />
cuatro muchachos que me miran con curiosidad, preguntándose cuál será mi próximo movimiento,<br />
se me viene a la cabeza esa duda. Muchachos, sí, uste<strong>de</strong>s, los cuatro. Maipú, San Martín, Don<br />
Bosco y Errazuriz, les hago una pregunta: ¿por qué me miran así? ¿Será que soy uno <strong>de</strong> los pocos<br />
que se dio cuenta <strong>de</strong>l error que los atrapó para siempre? Sí, mis queridos amigos, nadie pue<strong>de</strong> dar la<br />
vuelta entera alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la plaza en auto. Hay<br />
alguno <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s que está mal parado. ¿Quién<br />
será? ¿Serás vos, Errazuriz? Me pregunto<br />
cuántos ciudadanos saben quién sos. Si alguno<br />
sabrá que no eras argentino, sino chileno y que<br />
Roca y vos fueron contemporáneos y ambos<br />
bregaban por la hermandad <strong>de</strong> Chile y Argentina.<br />
Plaza San Martín. Tu monumento. Monumento<br />
al que un amiguito mío le <strong>de</strong>scubrió una verdad:<br />
el General San Martín no señala hacia la<br />
Cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, sino hacia nuestra<br />
Catedral.<br />
“No, señala a los An<strong>de</strong>s”.<br />
“No, Luis, señala a la Catedral. Si <strong>de</strong> acá, los<br />
An<strong>de</strong>s no se ven”.<br />
A veces me gustaría ser uno <strong>de</strong> esos cuidadores<br />
<strong>de</strong> la plaza, que la acarician con un lado <strong>de</strong> la<br />
escoba y con el otro, escarban entre los ladrillos<br />
para sacarle el barro amorosamente, como el<br />
manicure a una dama. A veces me gustaría ser el<br />
cóndor que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el centro <strong>de</strong> la plaza, observa<br />
atento a la garita <strong>de</strong> los cuidadores como<br />
diciendo: “Hagan su trabajo, che”.<br />
Plaza San Martín, menos mal que no soy turista,<br />
porque sino me hubiera tomado una foto con vos<br />
y ya. Y con un “ya” no me alcanza. Quiero estar<br />
cerca. Por eso me mudé al centro. Abro la<br />
ventana, saco la cabeza como un perro en un<br />
auto y alcanzo a ver tus árboles agitándose al<br />
ritmo <strong>de</strong>l viento. Te veo. Me calma eso. Me calma porque veo que todavía estás ahí, que nadie te<br />
secuestró, que llorás a escondidas y que no querés que te vean hacerlo.<br />
Cuando te visito me doy cuenta que extrañas a tus viejos amigos. Los amigos <strong>de</strong> tu edad ya no te<br />
visitan porque tienen una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> restricción. Viste cómo es esto: “Nuevos dueños, nueva política”.<br />
Ahora estás ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> pibes que te pintan los bancos, te pisan las flores, te mutilan las estatuas y te<br />
usan <strong>de</strong> escenario para molerse a piñas.<br />
Me dicen que en las plazas <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s importantes <strong>de</strong>l país, al contrario <strong>de</strong> la nuestra, han<br />
caminado gran<strong>de</strong>s personalida<strong>de</strong>s nacionales. ¡Y a mi qué! Nuestra plaza fue recorrida por La<br />
Trifona, Quique, Maseta, el Barón Rotchilds, Panchito, Gamito y Aujier “el político”. Y son <strong>de</strong> acá,<br />
cacho… ¡De acá!