V.ARIEDADE'S; - Biblioteca Nacional de Colombia

312 PROSPECTO POLITICO DE LOS
tu ro desconcierto." Los hai de estos,
y creemos con el mismo ministro
que los tales se equivocan grosera-
mente. Podremos tambien nosotros
equivocarnos, pero procurarémos que
nuestras equivocaciones no sean
groseras, fundándolas en lo posible
en la exactitud de los datos y en la
imparcialidad de lo que por ellos deduzcamos.
Si nos atrevemos a señalar
plgunos escollos, a desaprobar
algunas disposiciones, a insinuar al-
gunos medios, lo haremos movidos,
no de esperanzas criminales, sino de
temores laudables; y el Señor Minis-
tro y sus conciudadanos tendrán que
agradecernos lo fino de la voluntad,
quando no lo atinado del consejo.
Decimos pues, como por tesis gene-
ral en la qiiestion presente: que, en
nuestro entender, los nuevos Esta-
dos de Hispano-America entran en
la carrera de la independencia y de
la libertad partiendo de l1D punto
mucho menos ventajoso que los Aug10-Americanos;
porque estos, sien-
do, como eran libres, y aptos para
serlo en toda la acepción de esta
palabra, quando se desmembraron de
la Gran Bretaña, ·provocaron ellos
por si solos la lucha de la indepen-
dencia, y la emprendieron para am-
pliar, para perfeccionar su libertad,
para deberla a si mismos sin pag'ar
lo que podian disfrutar de valde,
Pero los Hispano-Americanos, im-
pelidos y favorecidos por un conjun-
to de circunstancias extraordina-
rias a conquistar la independencia
que, en medio de ellas, llegó a serles
indispensable para existir, tienen que
ser libres para conservarla, no como
los otros, para aumentar la libertad:
se han hecho independientes para
cesar de ser esclavos y empezara ser
libres: para plantear el edificio so-
cial; no para hermosearlo. La se-
gunda operacion es conseqüencia indefectible
de la primera, si esta no
se yerra. Los Anglo-Americanos
no arriesgaban en esto; ¿ puede de-
cirse lo mismo de los Hispano-Americanos?
He aquí la diferencia des-
ventajosa; veamos abara la favora-
ble. Los Anglo-Americanos lucha-
ban, aun despues de ganada la qiiestion
sobre la independencia, con los
ostáculos que a la nueva organiza-
cion y desarrollo de intereses podia
oponer una nacion opulenta y pode-
rosa como la Inglaterra, ·capaz de
hacerse gran partido con sus rique-
zas y su reputacion; Jos Hispano-
Americanos las han con la España,
desacreditada, becha la fábula del
mundo, postrada, enferma y cubierta
de tales plagas, que ni sus amigos
(si amigos puede tener el infortunio)
se atreverían a socorrerla por miedo
de contagiarse, o de tener que cos-
tear todo el gasto del remedio. Los
primeros solo contaban en el núme-
ro de sus adictos, a la Francia y a
la España, zelosas entonces de la
prepoderancia inglesa, por razones
de mera politica especulativa, y aun
aquellas dos potencias tardaron bastante
en declararse; los segundos
tienen a su favor una gran masa de
intereses mercantiles de la formida-
ble nacion inglesa, comprometidos,
no solo en la independencia, sino