abr. 1968 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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JAMES HIGGINS<br />
JULIO ORTEGA<br />
Vallejo en cada poema<br />
El sufrimiento humano<br />
Para llegar a comprender a un autor, hay que<br />
acercarse a él desde dentro y no desde fuera, a<br />
través de un análisis detenido y sistemático de los<br />
textos, y no a través de anécdotas biográficas,<br />
influencias o ideas preconcebidas. Todo estudio<br />
serio de la obra de Vallejo tiene que partir de<br />
una interpretación de cada uno de sus poemas.<br />
En este artículo ofrezco una interpretación de uno<br />
de los poemas más logrados y más significativos<br />
de la producción vallejiana, una interpretación que<br />
no pretende agotar todas las posibilidades de la<br />
composición y que no es más que un punto de<br />
partida.<br />
He aquí el texto <strong>del</strong> poema:<br />
El alma que sufrió de ser su cuerpo<br />
Tú sufres de una glándula endocrlnlca, se ve,<br />
o, quizá,<br />
sufres de mi, de mi sagacidad escueta, tácita.<br />
Tú padeces <strong>del</strong> diáfano antropoide, allá, cerca,<br />
donde está la tiniebla tenebrosa.<br />
Tú das vuelta al sol, agarrándote el alma,<br />
extendiendo tus juanes corporales<br />
y ajustándote el cuello; eso se ve.<br />
Tú sabes lo que te duele,<br />
lo que te salta al anca,<br />
Hace treinta años (el 15 de <strong>abr</strong>il de 1938) maria<br />
en Parls, tal vez sin aguacero, César Vallejo.<br />
Desde entonces mucha agua ha corrido bajo los<br />
puentes de la gran ciudad, y bajo otros muchos<br />
puentes. Pero la poesla de Vallejo sigue pareciendo<br />
cada dla más nueva y viva. Para celebrarla, en<br />
esta ocasión de recordatorio, Mundo Nuevo ha ob·<br />
tenido de dos de sus colaboradores la lectura, o<br />
relectura, de sendos poemas de Vallejo; el primero<br />
de Poemas humanos; el segundo, de Trilce. A<br />
través de estas notas, se puede acceder a la obra<br />
entera <strong>del</strong> gran poeta peruano, uno de los mayores<br />
de América Latina. El lector podrá encontrar,<br />
asimismo, en el núm. :3 de Mundo Nuevo (setiembre<br />
1966) un estudio panorámico sobre Vallejo, escrito<br />
por el critico y narrador chí/eno Fernando AlegrIa.<br />
(N. de la. R.)<br />
lo que baja por ti con soga al suelo.<br />
Tú, pobre hombre, vives; no lo niegues,<br />
si mueres; no lo niegues,<br />
si mueres de tu edad iayl y de tu época.<br />
Y, aunque llores, bebes,<br />
y, aunque sangres, alimentas a tu hlbrido colmll/o,<br />
a tu vela tristona y a tus partes.<br />
Tú sufres, tú padeces y tú vuelves a sufrir<br />
[horriblemente,<br />
desgraciado mono,<br />
jovencito de Darwln,<br />
alguacil que me atisbas, atrocislmo microbIo.<br />
Y tú lo sabes a tal punto,<br />
que lo Ignoras, soltándote a llorar.<br />
Tú, luego, has nacido; eso<br />
también se ve de lejos, infeliz y cállate,<br />
y soportas la calle que te dio la suerte<br />
a tu ombligo interrogas: ¿dónde? ¿cómo?<br />
Amigo mIo, estás completamente,<br />
hasta el pelo, en el año treinta y ocho,<br />
nlcolás o santiago, tal o cual,<br />
estés contigo o con tu aborto o conmigo<br />
y cautivo en tu enorme libertad,<br />
arrastrado por tu hércules autónomo...<br />
Pero si tú calculas en tus dedos hasta dos,<br />
es peor; no lo niegues, hermanito.<br />
¿Qué no? ¿Qué si, pero que no?<br />
iPobre mono!... IDame la pata!... No. La mano,<br />
[116 dicho.<br />
iSalud! IY sufre!<br />
El título nos ofrece un ejemplo de yuxtaposición<br />
de contrarios y de paradoja, técnicas comunes<br />
en la poesía de Vallejo. El poeta opone alma<br />
y cuerpo y nos dice que el alma sufre porque es<br />
cuerpo. El alma sufre porque tiene que tomar una<br />
forma corpórea, porque depende <strong>del</strong> cuerpo y no<br />
puede vivir sin él, porque está encarcelada dentro<br />
<strong>del</strong> cuerpo. Para Vallejo un aspecto de la tragedia<br />
<strong>del</strong> hombre es que éste aspira a una existencia<br />
integrada, unificada, pero se siente dividido<br />
por una discordia Interior. Hay en el hombre una<br />
dualidad fundamental: las distintas partes de su<br />
naturaleza están en conflicto y nunca llegan a fusionarse<br />
y a armonizar. En parte éste es un conflicto<br />
entre cuerpo y alma. El hombre anhela una<br />
existencia que satisfaga sus necesidades esplritua-