abr. 1968 - Publicaciones Periódicas del Uruguay

UNA ACCION MAS DIRECTA
fue durante mucho tiempo mi gran ambición; pero
la posibilidad de llegar a hacerlo era en ese momento
muy remota. Entonces empecé a colaborar
en un grupo de teatro. Estando en ese grupo escribí
una obra sobre dos solteronas. La escribí
como una experiencia; ya había escrito algunos
cuentos pero nunca había intentado escribir teatro
antes. Pero la directora del grupo era una solterona
y consideró la obra como una falta de delicadeza
de parte mía, aunque la obra presentaba
a esas dos mujeres con mucha simpatía, eran dos
seres que habían tratado de realizarse en la vida.
De todos modos, la obra nunca fue representada.
Poco tiempo después, al hacerse cargo Kenneth
Tynan, de la página teatral del Observer, organizó
un concurso para jóvenes dramaturgos..Entonces
escribí The Kitchen para presentarla en este concurso;
pero la obra no fue ni siquiera mencionada.
JM: ¿Y esto qué efecto le produjo?
AW: En realidad yo quería ser todavía director
de cine y no me consideraba en absoluto como
un dramaturgo. Recuerdo que por esa época me
encontré casualmente con Lindsay Anderson, a
quien yo no conocía personalmente pero al que
admíraba mucho por su obra de crítico y director
de cine y teatro. Así que me acerqué a él y le
pregunté si se molestaría en leer algo de lo que
yo había escrito y que yo creía que podría servir
como argumento para un film. Líndsay fue muy
generoso y aceptó: él fue uno de los primeros en
alentarme. Pero una noche fui a ver Look Back in
Anger, que se había estrenado hacía poco tiempo,
y entonces descubrí que el teatro podía ser un medio
apasionante y que Osborne había escrito una
obra muy valiosa, la obra que toda una generación
estaba esperando. Aunque todavía quedaba mucho
por hacer. Look Back in Anger mostraba un
camino pero no era suficiente. Poco tiempo después
escribí Chicken Soup with Bariey...
JM: Entonces empieza ya la segunda etapa.
AW: Hasta ese momento, a pesar de haber escrito
dos obras, no me consideraba como dramaturgo.
Chicken Soup la escribí en condiciones
distíntas. Entonces creí que quizá el teatro fuera
después de todo un medio propicio, un medio
en el cual podría expresarme. Pero Chicken Soup
tampoco fue suficiente; entonces escribí Roots.
JM: ¿Fue Roots suficiente?
AW: Ninguna de las obras ha sido suficiente,
por eso es· que uno sigue adelante, hasta que esa
realidad que uno quiere expresar se va imponiendo
cada vez más y la necesidad de expresarla se
hace más y más terrible. Por ejemplo, aquí tiene
esta tela en blanco: usted dibuja algo sobre ella,
empieza a pintar, va agregando colores -colores
que usted siente que debe poner ahí y que
el mismo dibujo le pide. Pero llega un momento
en que el cuadro está terminado, o por lo menos
usted cree que lo está. Sin embargo vuelve a observar
la tela, iY claro! aquí todavía hace falta un
rojo, más allá un azul... ¿Esta ahora terminado?
¿En qué momento la realidad que ya es el cuadro
está completa? ¿Cuándo debe uno dejar de seguir
agregando colores? Y con cada tela, con cada
obra sucede lo mismo: los colores. las formas, la
realidad que ha quedado fuera de esa tela, todo
eso irá a integrar la próxima, fatalmente.
No hay arte realista
JM: Gracias a esta circunstancia de composición
sus obras estarían estrechamente vinculadas entre
sí, incluso. cada una de ellas sería una especie
de contínuación de la anterior. Esto parece confirmarse
en la trilogía; pero ¿sucede también en
las otras obras?
AW: Hace poco, hablando con la gente del Plccolo
Teatro de Milán, llegamos a la conclusión
de que se podrían distinguir tres grupos dentro
de mis obras. El primero incluiría The Kitchen.
Chips with Everything y Their Very Own and Golden
City. La trilogía forma otro grupo aparte, y en
el tercero estaría The Four Seasons, junto a la obra
que estoy escribiendo en este momento.
JM: La forma de sus dos últimas obras, The
Four Seasons y Their Very Own and Golden· Clty.
es bastante distinta a la de las anteriores -un
crítico se refería a esta última como siendo formalmente
«neo-brechtiana,. por estar construída no
en actos sino en una sucesión de escenas cortas
en las que se procura desarrollar una ídea
determinada, a veces de manera un poco ambigua;
además los cambíos en la escenograffa se hacen
a la vista del público, disipando así toda posible
ilusión realista. ¿Tendrán sus obras en el futuro
esta misma forma?
AW: La verdad es que no sé que forma adoptarán
mis obras futuras; puedo sí, decIrle que,
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