abr. 1968 - Publicaciones Periódicas del Uruguay

ARNOLD WESKER
Una
.,
acclon
De los dramaturgos que en· la década del cincuenta
aparecen en el teatro inglés, Arnold Wesker
¡;;; sin duda, uno de los más representativos. Sus
obras ilustran las cualidades más significativas
del aporte que esta generaci6n de escritores hizo
a un teatro -en ese momento- conformista y
excesivamente comercializado. El estreno (el 8 de
mayo de 1956) de Look Back in Anger (Rencor
hacia el jiáSBdo), marca una fecha clave. Es a
partir de. ese momento que muchos j6venes de la
misma generaci6n de John Osborne descubren que
el teatro podia ser "un medio apasionante» en el
cual expresarse, un medio eficaz, además, para
lanzar su protesta y su crítica a una sociedad durante
mucho tiempo indiferente. Look Back In
Anger no s610 señalaba un camino; también probaba
que una obra semejante·· podla tener éxito
en un escenario del West End londinense y que
habla teatros capaces de arriesgar su puesta en
escena. Uno de estos teatros, el Royal Court,
fue el primero en dar a conocer al público inglés
a autores como Arden, Slmpson, Osborne, Whiting,
Je/licoe y el mismo Wesker. AIII se represent6 en
1958, Chicken Soup with BarJey (Sopa de pollo
con cebada) y posteriormente Roots (Raices) y
I'm Talking About Jerusalem (Hablo de Jerusalén);
la trifogfa que Wesker consagr6 a la vida de una
familia obrera entre los años 1936-1958 y que resume
algunas de las preocupaciones po/itfco-soclales
que oaracterizan a toda su obra posterior.
NacIdo en 1932, de padre judio-húngaro y madre
rusa, Wesker apenas termina la escuela trabaja
prImero como ayudante de plomero y posteriormente
oomo pe6n de cocina. Más tarde aprende
el ofIcio de repostero y como tal trabaja durante
cuatro años en una ciudad del Norte de Inglaterra
y después en Londres y en Parls. De esa experiencIa
saldrá el tema de una de sus obras más
logradas: The Kitchen (La cocina). En 1963 se estrena,
también en el Royal Court Theatre, Chips
with Everything (Papas fritas con todos los platos),
que quizá sea hasta el momento su mayor éxito
de critica y de público. Por esa fecha, Wesker
empieza a concebir la creación del Centro'42a
cuya-;;;anzacl6n se ha dedicado casi exclusivamente
durante los últimos años. En un enorme
edifico circular de apariencia muy curiosa, lejos
de la zona teatral londinense, está situado el
primero de estos centros para la difusl6n del tea-
,
mas directa
tro (el proyecto incluye además: espectáculos de
ballet, conciertos, exposiciones de pintura, etc.).
El prop6sito de Wesker y de sus colaboradores es
establecer centros similares en dIstintas regiones
del pais. Paralelamente a la organización de
Centre 42, Wesker ha escrito y estrenado dos
obras: The Four Seasons (Las' cuatro estaciones)
y Their Very Own and Golden City (Su propia y
dorada ciudad). En ellas parecla alejarse definitivamente
del naturalismo de sus obras anteriores,
abriendo asi una duda muy Importante sobre el
estilo que adoptará en la obra que está escribiendo
en este momento. A alguno de estos temas
Wesker se refiere en este reportaje.
Cuando lo visité en su casa de Highate -barrio
popular situado al Norte de Londres-, Wesker
acababa de regresar de un viaje por Italia y
Francia, donde asisti6 al estreno de dos de sus
obras y a los ensayos de una tercera. El dramaturgo
me recibi6 en su estudio, una habitación
pequeña y asoleada que, como el resto de la casa,
está amueblada con sencll/ez, cualidad que el
mismo Wesker parece tener como persona. En un
ángulo de la habitacl6n habia un cabaliete de pintor
con una tela en blanco y sobre el·· escritorio
algunos libros y discos. Entre aquellos se distingufan
distintas ediciones de sus obras y una reciente
traducci6n al lPglés del Canto General, de
Pablo Neruda, a cuya· obra Wesker se refirió con
admiración en una charla anterior. En las paredes,
entre fotografias y grabados, habla dos cuadros al
6leo, uno de ellos no figurativo y que llamaba inmediatamente
la atenci6n por la violencia de sus
coiores. El otro cuadro, más pequeño, era la representacl6n
de una sll/a, tal como un niño la hubiera
dibujado. Al finalizar la entrevista, señalando
Wesker uno de los cuadros (el no-figurativo), me
preguntó si me gustaba; "Lo pintó mi hilo mayor»
-dijo con cierto orgullo-. Y a la pregunta de si
el cuadro más pequeño -el de sll/a- era una
obra temprana del mismo artista (que después
pude comprobar que no tenIa más de nueve o
diez años), Wesker respondió, luego de una larga
pausa bastante teatral, y con una sonrisa: "No, no,
éste lo pinté yo... pero no hay qqe Juzgarlo con
mucha severidad; es mi primer cuadro. Mi hIlo
pinta desde hace tiempo, él es un pintor serio... yo
recién empiezo.»
JORGE MARA