Ciencias Sociales Nivel III - Región Educativa 11

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respuesta a las sublevaciones campesinas que se produjeron en esa
época, debieron otorgar libertades a los siervos. Además, tenían
que competir con el creciente prestigio, poder y riqueza que iban
adquiriendo los burgueses.
La debilidad de los señores fue aprovechada por la monarquía que
concentró en sus manos cada vez mayor poder y creó, para ejercerlo,
nuevos instrumentos e instituciones políticas. Surgieron así, a
partir del siglo XVII, los Estados modernos, caracterizados por:
• Un ejército permanente constituido por mercenarios, siempre
al servicio y a sueldo del Estado.
• Impuestos nacionales que debían pagar todos los habitantes del
reino, excepto la nobleza y el clero. Estaban destinados a mantener
el ejército, la burocracia y otros gastos del Estado.
• Una burocracia que tenía la función de administrar justicia y cobrar
los impuestos así como fiscalizar y dirigir la vida económica.
• Territorios nacionales que eran los dominios sobre los cuales los
reyes ejercían su poder.
• Una diplomacia que tenía como objetivo el mantenimiento de las
relaciones con otros Estados, tratando de evitar guerras. Los reyes,
asesorados por sus consejeros, elaboraron una política exterior
y nombraron funcionarios, los embajadores, encargados de llevarla
a cabo. En esta época fueron muy frecuentes las uniones matrimoniales
para incorporar nuevos territorios por medios pacíficos.
• Un conjunto de leyes, muchas de ellas inspiradas en el antiguo
derecho romano, que debían ser cumplidas por los súbditos.
En esta época se fue constituyendo la mayoría de los estados europeos
que existen en la actualidad como Inglaterra, Francia, España y Portugal.
Mientras se afirmaban las instituciones de los nuevos Estados, el
sistema político fue haciéndose cada vez más centralizado y el poder
del rey más absoluto. Todo lo que existía en el reino le pertenecía:
desde las posesiones hasta la vida de sus súbditos. Como justificación,
diversas teorías adjudicaron al poder real un origen divino.
La monarquía absoluta alcanzó su máxima expresión con Luis
XIV, que reinó en Francia en el siglo XVII.