Ciencias Sociales Nivel III - Región Educativa 11
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Palestina. En las comunidades que allí habitaban había una profunda<br />
tradición religiosa que se manifestaba, entre otras cosas, en la frecuente<br />
aparición de predicadores. Uno de ellos, Jesús, nacido en Nazareth,<br />
fue considerado por muchos como el Mesías, el enviado de<br />
Dios que llegaba para liberar a los judíos, el pueblo elegido, de la<br />
opresión de los romanos. Jesús predicaba la igualdad de todos los<br />
hombres ante Dios, la caridad y el amor al prójimo como normas de<br />
vida y la vida eterna para los justos y los desposeídos. Como estas enseñanzas<br />
se contraponían con los valores romanos, Jesús fue condenado<br />
a muerte y crucificado.<br />
Pero las prédicas de Jesús se mantuvieron vivas. Convertidas en una<br />
nueva religión, se difundieron rápidamente: primero, entre la comunidad<br />
judía y luego, entre los practicantes de otras religiones.<br />
El cristianismo tuvo especial aceptación entre los sectores más humildes<br />
de la población de las ciudades. La mitad oriental del Imperio Romano<br />
fue la región del mundo que más pronto se cristianizó y la que<br />
lo hizo con más intensidad. En la mitad occidental, más lentamente,<br />
fueron surgiendo comunidades cristianas en las ciudades de las zonas<br />
costeras del Mediterráneo. Las zonas rurales quedaron durante muchos<br />
siglos fuera de su influencia.<br />
Los cristianos se reunían en asambleas o iglesias donde leían y comentaban<br />
las palabras de Cristo recogidas por quienes las habían oído. Cada<br />
iglesia tenía un fuerte carácter local. Con el tiempo, la iglesia de Roma<br />
adquirió mayor importancia y se convirtió en el centro del cristianismo.<br />
Durante los siglos I y II d. C., el pueblo romano consideró a los cristianos<br />
gente extraña y misteriosa. El gobierno, indiferente a las cuestiones<br />
religiosas, no se preocupó por sus actividades. Sólo algunos emperadores<br />
como Nerón, los persiguieron por negarse a rendir culto al<br />
emperador. En el siglo <strong>III</strong> se originaron nuevas persecuciones. Éstas se<br />
debieron al inmenso crecimiento del número de cristianos, a la transformación<br />
del Estado en una monarquía absoluta que estimuló el culto<br />
a los dioses orientales, y a la creciente importancia de los obispos,<br />
jefes de las Iglesias, que, a medida que se debilitaba el Estado, iban adquiriendo<br />
cada vez más poder. Pero el avance del cristianismo ya no se<br />
podía detener. Así lo comprendió el emperador Constantino quien a<br />
través del Edicto de Milán decretó la libertad religiosa en el Imperio.<br />
Más tarde, en el año 392, el emperador Teodosio impuso el Cristianismo<br />
como religión oficial y el culto a los otros dioses fue prohibido.