Documento completo - InfoAndina
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La Rayamama<br />
E<br />
n los ríos y las lagunas de nuestra selva abundaba el pez raya con mucha frecuencia; cuenta<br />
la leyenda que en el lago Imiria (laguna grande en el distrito de Masisea, región Ucayali)<br />
existía una raya de gran tamaño que media como diez metros de largo, aproximadamente.<br />
Según los moradores, este pez vivía estacionariamente, alimentándose de todo animal pequeño<br />
que se le acercaba; era tan grande que los ceticos (planta abundante en nuestra Amazonía) y<br />
aguajes crecieron encima del gran animal, llamándola “La Rayamama” (madre de las rayas).<br />
Se cuenta que las plantas de ceticos y aguajes se apreciaban en un determinado día en un<br />
lugar y otro día en otro lugar. Llegó un momento en que los animales salvajes se alejaban y<br />
los peces disminuían debido que muchas personas llegaban para habitar la zona, cazando y<br />
pescando indiscriminadamente; pero los aborígenes (indígenas shipibos–conibos) y chamanes<br />
(curanderos) del sector afirmaban que en la laguna existía la madre del agua y predecían que,<br />
en algún momento, podría enojarse y causar el fin del mundo.<br />
Llegó el día en que el animal, enfurecido por la contaminación de sus aguas y la captura<br />
indiscriminada de los peces –su comida escaseaba–, se despojó de los árboles que crecieron<br />
encima de él y se convirtió en voraz depredador de seres humanos. Los aborígenes hacían ritos<br />
para mitigar el enfurecimiento, pero el animal estaba tan enojado que toda embarcación que<br />
encontraba la volteaba y devoraba a sus ocupantes.<br />
Una vez un hombre fue hallado muerto con mordidas intensas a orillas de la laguna, la<br />
gente se asustó mucho creyendo que se trataba del ataque de un cocodrilo; la gran mayoría de<br />
gente tenía mucho miedo y algunos decían que era mentira. No estaban seguros, pero las personas<br />
seguían desapareciendo, sin dejar rastro alguno.<br />
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