09.05.2013 Views

Prólogo ¿Una novela catalana de vampiros?. Éso puede resultar ...

Prólogo ¿Una novela catalana de vampiros?. Éso puede resultar ...

Prólogo ¿Una novela catalana de vampiros?. Éso puede resultar ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Capítulo 5<br />

Mis presentimientos no tardaron en darme la razón. Una semana <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l entierro<br />

<strong>de</strong>l con<strong>de</strong> Estruch se produjo un trágico acontecimiento que me conmovió profundamente.<br />

Me dirigía con mi señora Doña Núria al monasterio <strong>de</strong> Puig <strong>de</strong>n Clos cuando, tras<br />

atravesar la sierra <strong>de</strong> Mas Carreras, los campesinos <strong>de</strong> Llers salieron apresuradamente a<br />

nuestro paso.<br />

Nosotras estábamos asustadas por aquel alboroto tan impresionante, pero los<br />

campesinos habían venido para darnos muy malas noticias.<br />

- ¡Señora! ¡señora!...¡qué <strong>de</strong>sgracia! -gritaban ofuscados por el terror y el pánico.<br />

- ¿Qué ocurre, buen hombre? -preguntó Doña Núria con su particular dulzura.<br />

- ¡Han atacado al Monasterio <strong>de</strong> Puig <strong>de</strong>n Clos! ¡Los monjes han sido asesinados!<br />

- ¿Cómo dices? ¿Han asesinado a los monjes? ¿Pero quién?...<br />

- El capitán Benach está en la plaza <strong>de</strong>l pueblo, dice que han sido los paganos para<br />

vengarse <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l “lenyataire”.<br />

La dulce con<strong>de</strong>sa se quedó impresionada por aquella terrible noticia. Yo apenas<br />

entendía nada, con la emoción empañaba mis ojos <strong>de</strong> lágrimas y no podía leer los labios <strong>de</strong><br />

aquellas buenas gentes. El mundo se me había caido encima cuando me di cuenta <strong>de</strong> que<br />

aquellos santos varones, con los cuales había convivido muchas horas <strong>de</strong> mi corta vida, ya no<br />

existían. Los frailes amanuenses, con su proverbial paciencia, me habían enseñado a leer y a<br />

escribir <strong>de</strong>scubriéndome un mundo nuevo don<strong>de</strong> la sabiduría y los gran<strong>de</strong>s conocimientos<br />

llenaron una vida vacía y solitaria cómo era la <strong>de</strong> una humil<strong>de</strong> sordomuda <strong>de</strong>l condado <strong>de</strong><br />

Empúries.<br />

No tardamos en llegar a la plaza <strong>de</strong> Llers. Efectivamente, había un gran alboroto.<br />

Unos campesinos que acudieron a orar al monasterio habían encontrado los cadáveres<br />

calcinados <strong>de</strong> los frailes amanuenses. Los santos varones habían sido acuchillados por una<br />

horda <strong>de</strong>sconocida que, posteriormente, incendió la abadía <strong>de</strong>struyendo todos los tesoros<br />

artísticos que acumulaban sus pare<strong>de</strong>s.<br />

- ¡Éste ha sido un crimen sacrílego que no pue<strong>de</strong> quedar impune! ¡Aquellos mártires<br />

que han entregado generosamente sus vidas para redimirnos por nuestros pecados!<br />

¡Aquellos hombres ejemplares que nos enseñaron la Fe verda<strong>de</strong>ra en Nuestro Señor<br />

Jesucristo sólo pue<strong>de</strong>n haber sido asesinados por seres viles y <strong>de</strong>spreciables que odian a<br />

nuestra Santa Iglesia y su Inmaculada Doctrina! -arengaba el capitán Benach a los indignados<br />

campesinos que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> todas las latitu<strong>de</strong>s, habían acudido para exigir justicia.<br />

- ¡El capitán tiene razón! -gritaba un encolerizado campesino- ¡Éste crimen sólo lo<br />

pue<strong>de</strong> haber realizado un enemigo <strong>de</strong> Nuestra Fe!<br />

- ¿Y quienes son los enemigos <strong>de</strong> Nuestra Fe? -preguntaba vehemente el capitán- ¡Yo<br />

os lo diré, buenas gentes!: En primer lugar los seguidores <strong>de</strong>l Islam, quienes hacía cinco<br />

siglos invadieron Hispania para propagar la doctrina <strong>de</strong> Mahoma, asesinando a nuestros<br />

sacerdotes y quemando nuestras iglesias. Ellos son nuestros enemigos. Pero <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ellos<br />

están sus viles cómplices, quienes pasando por nuestros amigos conviven con nosotros y,<br />

abusando <strong>de</strong> nuestra confianza, les apoyan y les ayudan.<br />

- ¡Tenéis razón! ¡Mueran sus cómplices! -vociferaba el gentío. Benach alzó los brazos<br />

para acallar las indignadas voces populares. Una vez restablecido el silencio reanudó su<br />

parlamento:<br />

- Hace una semana <strong>de</strong>scubrí una partida <strong>de</strong> árabes en una cabaña <strong>de</strong> traidores

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!