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por la memoria, a 25 años del golpe - Tango Cabaret Group

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La Tendencia Estudiantil Revolucionaria Socialista, <strong>la</strong> Juventud Comunista<br />

Revolucionaria. Hasta un sector de los estudiantes radicales se l<strong>la</strong>mó Juventud Radical<br />

Revolucionaria y se ilusionaba, como todos, con el socialismo. Los que no militaban<br />

participaban de <strong>la</strong>s reuniones de división y <strong>del</strong> cuerpo de <strong>del</strong>egados; casi nadie<br />

quedaba fuera de los problemas comunes .<br />

“Cuando el terrorismo de Estado comenzó a organizarse sufrimos los <strong>golpe</strong>s más<br />

cercanos. El 22 de agosto de 1974 <strong>la</strong> Triple A –un ensayo de los grupos de tareas de <strong>la</strong><br />

dictadura– mató a un dirigente de <strong>la</strong> UES, Eduardo Bekerman. Al Roña –como lo<br />

conocían todos– lo ve<strong>la</strong>ron en el c<strong>la</strong>ustro central <strong>del</strong> colegio. Los días posteriores al<br />

ve<strong>la</strong>torio pegábamos en <strong>la</strong>s paredes <strong>del</strong> colegio unas obleítas que decían: ‘Por el Roña,<br />

un minuto de silencio y 365 días de lucha’.<br />

“¿Cómo puede armar en su cabeza un chico que hoy está en el colegio esta<br />

escena? Deben parecerle imágenes de un mundo irreal. Un pibe muerto en el c<strong>la</strong>ustro<br />

central. Una gran conmoción y al poco tiempo volvíamos a c<strong>la</strong>se. Nos empezábamos a<br />

insensibilizar frente a <strong>la</strong> muerte.<br />

“[...] Solíamos decir: ‘Che, nosotros, ¿vamos a ver el socialismo, no?’ y nos<br />

respondíamos que sí. Mucha idea de cómo sería eso y cuál sería nuestro lugar en ese<br />

p<strong>la</strong>neta igualitario no teníamos. Pero que se venía, seguro que se venía... Y ahí<br />

estábamos nosotros para ayudar a <strong>la</strong> historia a que se apurara. Cuando decíamos<br />

‘Patria o muerte’, ‘Perón o muerte’, ‘Revolución o muerte’, ‘Libres o muertos’,<br />

queríamos decir ‘vida’. So<strong>la</strong>mente estábamos apurados y nadie se imaginaba muriendo<br />

y estábamos seguros de que en <strong>la</strong> disyuntiva, iban a ganar <strong>la</strong> patria, o Perón, o <strong>la</strong><br />

revolución, o <strong>la</strong> libertad, pero nunca <strong>la</strong> muerte. Por lo menos , no <strong>la</strong> nuestra. Éramos<br />

una especie de High<strong>la</strong>nders con aerosoles, c<strong>la</strong>vos miguelitos, vo<strong>la</strong>ntes, molotovs,<br />

revistas, canciones.<br />

“Desde el ’83 hasta hoy, muchos miran críticamente aquellos <strong>años</strong> y seña<strong>la</strong>n: esos<br />

jóvenes eran violentos, bienintencionados pero sin convicciones democráticas. Como<br />

dice una canción de Silvio Rodríguez: ‘Nos vienen a convidar a arrepentirnos...’.<br />

¿Desde qué valores, desde qué ética se hace este rec<strong>la</strong>mo? ¿Qué era entonces <strong>la</strong><br />

democracia? Desde 1955, democracia parecía proscripción e ilegitimidad, era un<br />

sistema vacío de pueblo, era una experiencia casi desconocida. ¿Se supone que<br />

debimos haber leído un manual europeo de teoría política y llegar a <strong>la</strong> conclusión de<br />

que ése era el camino correcto? Algunos grandes demócratas de hoy fueron los<br />

intelectuales de los <strong>golpe</strong>s de aquellos <strong>años</strong>. No teníamos <strong>la</strong> menor idea de cómo era<br />

vivir en una democracia y nos acostumbramos a convivir con <strong>la</strong> violencia. ¿Tenemos<br />

que pedir disculpas <strong>por</strong> haber creído que <strong>la</strong> lucha política se resolvía a corto o <strong>la</strong>rgo<br />

p<strong>la</strong>zo de manera violenta? La violencia era el estado natural de <strong>la</strong>s cosas, no <strong>la</strong><br />

impusimos ni <strong>la</strong> inventamos. La respiramos y muchos <strong>la</strong> tomaron. Simplemente, ahí<br />

estaba.<br />

“[...] En los ’70 se optaba de manera definitiva: curas que optaban <strong>por</strong> los pobres o<br />

<strong>por</strong> los privilegios, votantes que optaban <strong>por</strong> <strong>la</strong> Liberación o <strong>por</strong> <strong>la</strong> Dependencia,<br />

jóvenes que optaban <strong>por</strong> <strong>la</strong> revolución armada o <strong>por</strong> <strong>la</strong> paz de los hippies. Opciones,<br />

certezas, verdades. Creíamos que existía LA verdad histórica y que una línea muy<br />

precisa separaba a los buenos de los malos. La experiencia de estos <strong>años</strong> nos lleva a<br />

pensar que <strong>la</strong>s verdades provisorias son mejores que <strong>la</strong> verdad absoluta.”<br />

Enrique Carlos Vázquez<br />

Discurso leído el 22/10/1996<br />

* Cuando se instaló <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ca en el c<strong>la</strong>ustro central <strong>del</strong> colegio<br />

<strong>la</strong> lista de estudiantes y egresados incluía 104 nombres.<br />

La síntesis histórica con <strong>la</strong> que se da comienzo a esta sección es sólo un<br />

seña<strong>la</strong>miento de algunos datos básicos que necesariamente habrá que recordar para<br />

ubicarse en el contexto de los fragmentos seleccionados.

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