por la memoria, a 25 años del golpe - Tango Cabaret Group

ante la CIDH que me aceptó como querellante y en 1999 recomendó al Estado
Argentino que cumpliera con los tratados firmados con nuestro país. En ese
momento se hizo referencia a mi caso. El Estado Argentino respondió pidiendo
una solución amistosa que consistía en reunir todas las Causas por la Verdad
iniciadas en otros lugares del país y presentarlas a la Justicia Federal; se
nombrarían fiscales ‘ad hoc’encargados de asesorar a los fiscales que llevaban
las causas, pero hasta el momento eso no se cumplió. Claro que, según lo
acordado entre el Estado Argentino, la CIDH y yo en caso de no cumplirse,
conservo el derecho a continuar la causa y así lo haré.
A partir de la lectura de la entrevista se puede recordar o averiguar:
¿Qué es un habeas corpus y para qué sirve?¿Por qué es un hecho grave que el
Estado no responda dónde y por qué tiene detenida a una persona?
¿Qué contenía el informe que la CIDH realizó de los actuado por la Junta
Militar? (Fragmentos del mismo se encontrarán en el apartado Nº 8.)
¿Qué dispusieron las leyes de Punto final y de Obediencia Debida?
¿Qué son los Juicios por la Verdad? ¿En qué lugares del país se están
realizando?
Hacer referencia a cómo funciona el sistema interamericano de Derechos
Humanos y la posibilidad que tenemos los ciudadanos de reclamar a la Corte
Internacional si consideramos que el sistema judicial de nuestro país no hace que el
Estado nos los respete.
6.c. Las voces que no se pudieron silenciar
1) Madres de Plaza de Mayo
“Perdemos el tiempo, lo que tenemos que hacer es ir a la Plaza de Mayo, reunirnos
allí. Cuando seamos bastantes, vamos a atravesar la Plaza, la calles, nos vamos a meter
en la Casa de gobierno porque no vamos a dejar que nadie nos ataje y vamos a hablar
con Videla.”
Palabras de Azucena Villaflor detenida desaparecida
el 10 de diciembre de 1977.
Por su iniciativa, ella junto con María Adela Gaard de Antokoletz
y otras pocas madres más comenzaron a reunirse
en la Plaza de Mayo para hacerse escuchar.
Era el 30 de abril de 1977. A medida que la represión cobraba más víctimas el
número de madres que concurría a la plaza iba aumentando. No las detenía ni las
amenazas, ni las detenciones, ni el secuestro ni la desaparición de algunas de ellas.
Fue el compartir la misma experiencia desgarrante lo que las unió y les permitió
organizarse. La asistencia diaria al Ministerio del Interior para pedir información
sobre el paradero de sus hijos, dio lugar al conocimiento mutuo y a un diálogo
constante. Allí nació la solidaridad en el dolor y la búsqueda incesante, que pronto se
transformó en la intención de trabajar juntas. Así de manera espontánea se inició el
Movimiento “las madres ‘locas’ de Plaza de Mayo” como las denominó un
periódico, no con un sentido despectivo sino para manifestar como el amor por sus
hijos hacía que estas mujeres arriesgaran sus vidas en una actitud de protesta
pacífica, mientras el resto de la población permanecía en silencio.