por la memoria, a 25 años del golpe - Tango Cabaret Group
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g) Actividades de cierre<br />
-Escribir un alegato o una manifiesto de los jóvenes en contra de <strong>la</strong> tortura o<br />
de <strong>la</strong> violencia.<br />
-Escribir una carta al torturador o un poema o canción para <strong>la</strong> víctima.<br />
-Pensar qué se pondría hacer con los lugares y edificios en los que<br />
funcionaron los CCD (pensarlo más concretamente para los que son<br />
cercanos al lugar donde viven). Hacerlo llegar a <strong>la</strong>s organizaciones que hoy<br />
ve<strong>la</strong>n <strong>por</strong> <strong>la</strong> “<strong>memoria</strong>”.<br />
Sugerencia<br />
En caso de que <strong>la</strong> consideración de estos temas enfrenten a los alumnos,<br />
sugerimos detener <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se y orientarlos para preparar con fundamentos los<br />
diferentes argumentos, c<strong>la</strong>rificar los criterios y dar tiempo y consultar<br />
materiales (véanse los que aquí se ofrecen ). Más tarde proponer un debate pero<br />
perfectamente encuadrado: tiempo para cada grupo, condiciones <strong>del</strong> diálogo,<br />
calidad de los argumentos, moderador, observadores, etc. Tratar de llegar a<br />
sintetizar cada postura y e<strong>la</strong>borar una conclusión final sin pretender un acuerdo<br />
.<br />
3) Fragmento de La sangre derramada, de José Pablo Feinnman<br />
“La muerte <strong>del</strong> ámbito privado”<br />
“Fue un <strong>golpe</strong> anunciado. Noventa días antes Vide<strong>la</strong> había <strong>la</strong>nzado un ultimátum<br />
al gobierno de Isabel Perón. Luego dijo: “Morirán todos los que tengan que morir”.<br />
Luego hubo un período de silencio. Los comandantes no decían pa<strong>la</strong>bra. Parte de <strong>la</strong><br />
c<strong>la</strong>se política buscaban una y mil soluciones. Inútil, impotentemente. Los comandantes<br />
seguían sin hab<strong>la</strong>r. Una vez más, el silencio se vivió como terror. Terror para algunos,<br />
incertidumbre para otros, ansiedad para muchos más que se preguntaban: “¿Para<br />
cuándo? ¿Qué esperan?. El inefable ingeniero Alzogaray dijo: “Todavía no. Hay que<br />
esperar unos meses. El caos económico aún no ha desgastado totalmente a este<br />
gobierno”.<br />
“Los jefes <strong>del</strong> <strong>golpe</strong> (<strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada Junta Militar) anunciaron a <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción que<br />
permaneciese en su casa esa noche para facilitar <strong>la</strong>s “tareas operativas de los<br />
comandos militares”. Me recuerdo cerrando <strong>la</strong> puerta de mi departamento, con <strong>la</strong><br />
Trabex que había comprado cuatro días atrás. Vivía en un octavo piso. Qué patético<br />
gesto: cerrar <strong>la</strong> puerta <strong>del</strong> departamento. Era creer que existiría aún el ámbito privado.<br />
Que uno podría salvarse de <strong>la</strong> furia guerrera de <strong>la</strong> Junta protegiéndose en su casa,<br />
retirándose al ámbito privado. Ocurrió, a partir <strong>del</strong> 24 de marzo, un hecho decisivo: <strong>la</strong><br />
desaparición <strong>del</strong> ámbito privado. Ese primer anuncio operativo de <strong>la</strong> Junta había sido<br />
falso y perverso: pedirle a los ciudadanos que no salieran de sus casas para no<br />
entorpecer <strong>la</strong>s tareas de los comandos militares llevaba a creer en <strong>la</strong> existencia de dos<br />
ámbitos: el exterior (en él que se desarrol<strong>la</strong>rían <strong>la</strong>s “operaciones” de los comandos) y<br />
el interior (en él que un ciudadano podría permanecer seguro; en <strong>la</strong>, como suele<br />
decirse, seguridad <strong>del</strong> hogar). No hubo tal seguridad <strong>del</strong> hogar. No <strong>la</strong> hubo tal<br />
seguridad <strong>del</strong> hogar. No <strong>la</strong> hubo <strong>por</strong>que se aniquiló <strong>la</strong> diferencia entre el ámbito<br />
exterior y el privado. No existió lo privado para <strong>la</strong> operacionalidad militar. La entrada<br />
arrol<strong>la</strong>dora en <strong>la</strong>s casas, <strong>la</strong> destrucción de los hogares, su rapiñaje imp<strong>la</strong>cable fueron<br />
los signos de <strong>la</strong> época.<br />
“Durante los primeros días <strong>del</strong> <strong>golpe</strong> todos los diarios entraron en cadena: sólo<br />
publicaban los comunicados de <strong>la</strong> Junta. Y gran parte de los argentinos se sintieron<br />
sosegados: había llegado <strong>la</strong> hora <strong>del</strong> orden. Por televisión salía una y otra vez un aviso<br />
que decía: “Orden, Orden, Orden. Cuando hay Orden el país se construye de arriba<br />
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