OM-50-I El Maestro OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV Nos enseña de ...
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¡OCUPAOS DE VUESTROS HIJOS!<br />
Se están produciendo en la<br />
sociedad un cierto número <strong>de</strong><br />
cambios que no siempre son<br />
favorables para la educación <strong>de</strong><br />
los niños. Por ejemplo, cada vez<br />
hay más mujeres que trabajan,<br />
que <strong>de</strong>sean sentirse tan<br />
in<strong>de</strong>pendientes como los<br />
hombres, y como el trabajo da<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, quieren tener un<br />
oficio. Pero este oficio les obliga<br />
a <strong>de</strong>scuidar a sus hijos, los<br />
cuales, a menudo, a la vuelta <strong>de</strong><br />
la escuela no encuentran a nadie<br />
en casa: ¡su padre y su madre<br />
están trabajando! Entonces los niños se <strong>de</strong>senvuelven como pue<strong>de</strong>n... Y se<br />
<strong>de</strong>senvuelven muy bien haciendo barbarida<strong>de</strong>s lejos <strong>de</strong> sus padres, <strong>de</strong> los que,<br />
por otra parte, cada vez se sienten más alejados.<br />
No digo que las madres no <strong>de</strong>ban trabajar, constato solamente las<br />
consecuencias <strong>de</strong> estas nuevas costumbres en la educación <strong>de</strong> los niños. En mi<br />
condición <strong>de</strong> pedagogo <strong>de</strong>bo advertir sobre estas consecuencias. No doy<br />
ningún consejo, cada cual <strong>de</strong>be resolver personalmente sus problemas, pero<br />
pienso que nada pue<strong>de</strong> reemplazar la presencia <strong>de</strong> una madre en la casa,<br />
siempre que esté realmente presente y que sepa <strong>de</strong>sempeñar su verda<strong>de</strong>ro<br />
papel <strong>de</strong> educadora.<br />
Diréis: «Sí, pero estos cambios <strong>de</strong> mentalidad son <strong>de</strong>bidos también a la<br />
industrialización, al progreso técnico». Evi<strong>de</strong>ntemente, siempre culpamos a<br />
los factores externos. No era inevitable que el progreso técnico condujera al<br />
hombre a una situación catastrófica. Son los hombres quienes a causa <strong>de</strong> su<br />
ignorancia, su egoísmo y sus apetitos, se han puesto en esta situación. Acusan<br />
siempre a las circunstancias, pero, ¿quién las ha creado? No han caído <strong>de</strong>l<br />
cielo. <strong>El</strong> progreso técnico era algo bueno porque podía aligerar el trabajo <strong>de</strong>l<br />
hombre. ¿Por qué la humanidad permite que el progreso técnico esté<br />
absorbiendo todas sus energías y causando su ruina? Por lo <strong>de</strong>más, nada<br />
justifica que, con el pretexto <strong>de</strong> estar ocupados, los padres <strong>de</strong>jen a los hijos<br />
solos o les confíen a otros: a la asistenta, a la vecina, etc... ¿Para qué han<br />
traído a sus hijos al mundo? Si no iban a ocuparse <strong>de</strong> ellos hubieran obrado<br />
mejor <strong>de</strong>jándoles don<strong>de</strong> estaban. Esos padres recibirán duras lecciones y serán<br />
sus propios hijos quienes se las darán, quienes les harán sufrir. Des<strong>de</strong> el<br />
momento que les han llamado a la tierra, que les han dado un cuerpo, <strong>de</strong>ben<br />
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