OM-50-I El Maestro OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV Nos enseña de ...
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Así pues, hay muchos métodos para trabajar con los niños. Si queréis, no<br />
penséis ni siquiera en ellos, pensad en vosotros. Para no terminar extenuados,<br />
hundidos, tratad <strong>de</strong> estar más tranquilos, <strong>de</strong> ser más pacientes, más atentos,<br />
con lo cual economizaréis muchas energías. Si no lo hacéis así, os sentiréis<br />
irritados, nerviosos, tensos, y terminaréis por caer enfermos.<br />
Muchos maestros y profesores pasan el tiempo echando pestes contra los<br />
niños porque no pue<strong>de</strong>n cambiarles. Pero, ¿representan un ejemplo, son<br />
dignos <strong>de</strong> ser imitados? La mayoría son vulgares, mediocres, ¿cómo preten<strong>de</strong>n<br />
educar a los niños? No es ésta su vocación. Algunos sólo sirven para<br />
carniceros. ¡Y son educadores! Nunca han pensado que su tarea consiste en<br />
trabajar en el alma y en el espíritu <strong>de</strong> los niños, y por la fuerza <strong>de</strong>l amor,<br />
inscribir algo divino en ellos. ¿En qué universidad se revela a los futuros<br />
pedagogos la fuerza <strong>de</strong>l amor... que es el amor el que transforma, el que<br />
educa, el que mejora?<br />
He dicho siempre que la mejor profesión, la más noble, es la <strong>de</strong> educador,<br />
la <strong>de</strong> pedagogo. Evi<strong>de</strong>ntemente, no todo el mundo opina así. La mayoría<br />
<strong>de</strong>sprecian esta profesión. Ser físico, abogado, médico, eso sí, eso vale la<br />
pena. Mientras que los maestros, y también los profesores, son<br />
menospreciados. ¿Qué significa ocuparse <strong>de</strong> los niños? Casi nada. Y he aquí<br />
que justamente es la profesión más importante, la más significativa. Educar a<br />
los niños, ¡es un trabajo divino! Por eso, siempre he dicho que llegará una<br />
época en que la psicología y la pedagogía, que todavía son menospreciadas,<br />
ocuparán el primer lugar. y ese momento se aproxima.<br />
Me doy cuenta <strong>de</strong> que cada vez se da más importancia a ese problema <strong>de</strong>l<br />
ser humano, a su psicología, a su educación. Porque se ha comprendido que no<br />
pue<strong>de</strong> haber éxito ni felicidad estable para la humanidad mientras esta<br />
cuestión no esté resuelta. Pronto no se hablará <strong>de</strong> otro tema. Una cosa es sentir<br />
que los cambios son necesarios, y otra distinta po<strong>de</strong>r aportar verda<strong>de</strong>ramente<br />
esos cambios. Mirad lo que ocurre en la política. Todos hablan <strong>de</strong> cambio: hay<br />
que cambiar esto, hay que cambiar aquello. Es fácil hablar <strong>de</strong> cambios, pero<br />
cuando no se está verda<strong>de</strong>ramente preparado para producirlos, se hace el<br />
ridículo, eso es todo.<br />
Para asumir esta carga <strong>de</strong> pedagogo no es suficiente estudiar tres o cuatro<br />
años en la universidad, es necesaria toda una vida, e incluso varias vidas.<br />
Porque el secreto <strong>de</strong> la pedagogía se encuentra en la Ciencia iniciática. Es<br />
<strong>de</strong>ntro, en el corazón, en el alma, en el espíritu don<strong>de</strong> hay que poseer un<br />
elemento pedagógico, y ese elemento que vibra, que fluye, afecta a los <strong>de</strong>más;<br />
sin que digáis nada, sin que os mováis, intentarán imitaros. Se dan cuenta <strong>de</strong><br />
que hay en vosotros algo luminoso, cálido, vivo, y esta luz, este calor, esta<br />
vida, les ayuda a compren<strong>de</strong>r mejor todo lo que queréis explicarles.<br />
Por otra parte, alar<strong>de</strong>ando <strong>de</strong> conocimientos no se pue<strong>de</strong> actuar sobre los<br />
humanos. Los conocimientos son ciertamente medios po<strong>de</strong>rosos, se pue<strong>de</strong>n<br />
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