OM-50-I El Maestro OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV Nos enseña de ...
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UNA NUEVA C<strong>OM</strong>PRENSIÓN<br />
DEL AMOR MATERNAL<br />
La madre hace todo por su hijo: le ama y se ocupa <strong>de</strong> él día y noche. Pero,<br />
¿por qué este niño sigue siendo un niño vulgar... y a veces se vuelve un<br />
granuja o un criminal? Porque la madre no aprendió que podía proyectar su<br />
amor hacia las regiones sublimes, tomando <strong>de</strong> ellas otros elementos <strong>de</strong> los que<br />
el niño tendrá necesidad más a<strong>de</strong>lante: partículas que trabajarán sobre él para<br />
convertirle en un ser excepcional. ¿Cómo pue<strong>de</strong> creer una madre que con su<br />
estrechez <strong>de</strong> espíritu, su ignorancia, sus preocupaciones prosaicas, pueda<br />
obtener los elementos indispensables para que más tar<strong>de</strong> su hijo haga<br />
maravillas y contribuya al bien <strong>de</strong> la sociedad y <strong>de</strong> toda la humanidad?<br />
Mientras la madre no intente alcanzar las regiones más elevadas para atraer<br />
partículas <strong>de</strong> luz, <strong>de</strong> pureza, <strong>de</strong> eternidad, haga lo que haga, aquello que dé a<br />
su hijo será siempre mediocre. No es la cantidad <strong>de</strong> elementos lo que cuenta,<br />
sino su calidad, y es esta calidad la que se <strong>de</strong>be buscar. En matemáticas ocurre<br />
lo mismo: ningún conjunto <strong>de</strong> figuras <strong>de</strong> la segunda dimensión pue<strong>de</strong> dar una<br />
figura <strong>de</strong> la tercera dimensión... varios cuerpos <strong>de</strong> la tercera dimensión no<br />
pue<strong>de</strong>n producir un cuerpo <strong>de</strong> la cuarta dimensión. Es <strong>de</strong>cir, que la suma <strong>de</strong><br />
varios hombres no dará un genio y un conjunto <strong>de</strong> genios no dará una<br />
divinidad... Para po<strong>de</strong>r preparar un ser divino, hay que añadir elementos que<br />
sólo se encuentran en el mundo espiritual, en el mundo divino. Hay que<br />
compren<strong>de</strong>r esto.<br />
Así pues, es necesario que las madres aprendan a trabajar sobre sus hijos,<br />
que <strong>de</strong> vez en cuando, durante algunos minutos, y si es posible varias veces al<br />
día, mediante sus pensamientos y sus oraciones se presenten ante Dios,<br />
diciendo: «Señor, quiero que este hijo que me has dado sea Tu servidor, pero<br />
para ello necesito <strong>de</strong> otros elementos que sólo se encuentran en Ti.<br />
Concé<strong>de</strong>melos, por favor, <strong>de</strong> lo contrario este hijo no dará nada bueno, y no<br />
será provechoso ni para él, ni para Ti, ni para mí.» <strong>El</strong> Señor se rascará la<br />
cabeza y llamará a algunos <strong>de</strong> sus servidores para que se ocupen <strong>de</strong> esta<br />
madre.<br />
¿Os asombráis <strong>de</strong> mi manera <strong>de</strong> presentar las cosas?.. Lo importante es que<br />
comprendáis y que avancéis; poco importa que esto esté presentado <strong>de</strong> manera<br />
poco ortodoxa, literaria, filosófica o académica. Yo quisiera hacerlo todo por<br />
las madres, las admiro por los sacrificios que son capaces <strong>de</strong> hacer, pero es<br />
necesario que su conciencia se ensanche y que aprendan a trabajar para sus<br />
hijos con nuevos medios, con medios espirituales. Las madres creen que sus<br />
cuidados y sus sacrificios son suficientes. En realidad, nada es suficiente;<br />
siempre hay que añadir partículas, fuerzas, po<strong>de</strong>res celestes. Un niño que se<br />
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