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OM-50-I El Maestro OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV Nos enseña de ...

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acostumbrado, y por lo tanto no es culpa suya. Entonces, cuando los padres se<br />

dan cuenta <strong>de</strong> que la mala educación ha estropeado el carácter <strong>de</strong> su hijo, no<br />

les queda otra solución que rezar al Cielo, a los espíritus <strong>de</strong> la sabiduría, para<br />

que le <strong>de</strong>n una lección que le haga reflexionar. <strong>El</strong> niño llorará un poco, pero<br />

vosotros le consolaréis y él habrá comprendido, y así, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> algunas<br />

pequeñas lecciones, se habrá salvado. He observado y he visto a menudo que<br />

es la bondad, la bondad estúpida la que fomenta los vicios. La bondad es<br />

maravillosa, pero a condición <strong>de</strong> que esté al servicio <strong>de</strong> la sabiduría.<br />

Un día me encontré con una familia rica, bien situada socialmente. <strong>El</strong><br />

matrimonio estaba muy preocupado porque su único hijo no les daba más que<br />

disgustos. Pero le consentían todo, le daban mucho dinero, y él, naturalmente,<br />

se divertía y <strong>de</strong>scuidaba sus estudios. Quise ayudarles, y entonces les dije:<br />

«¿Queréis salvar a vuestro hijo? Ante todo es necesario que comprendáis que<br />

no está dotado para los estudios; si yo estuviera en vuestro lugar, le enviaría<br />

como aprendiz a un garaje, con un patrón exigente que le obligara a trabajar, y<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> darle dinero, porque ese bienestar <strong>de</strong>sarrolla solamente su<br />

lado negativo.» Les expliqué todo esto, pero no me comprendieron; incluso<br />

estaban molestos por mi consejo, ya que se sentían humillados ante la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

que yo quería hacer <strong>de</strong> su hijo un obrero, cuando ellos esperaban para él una<br />

situación brillante. Naturalmente no me escucharon y continuaron enviando a<br />

su hijo a las mejores escuelas <strong>de</strong> Francia y <strong>de</strong>l extranjero, poniéndole los<br />

mejores profesores y sobre todo continuaron mimándole con dinero y regalos.<br />

Algunos años <strong>de</strong>spués, la situación se había vuelto tan catastrófica que<br />

recordaron mi consejo a propósito <strong>de</strong>l garaje. Pero entonces, ¡qué sorpresa me<br />

llevé! Yo les había dicho que le enviaran a un garaje para hacer un<br />

aprendizaje, y en lugar <strong>de</strong> eso le compraron el garaje más gran<strong>de</strong>, más<br />

mo<strong>de</strong>rno y más caro que pudieron encontrar. Evi<strong>de</strong>ntemente como no estaba<br />

preparado para ser patrón <strong>de</strong> semejante garaje, pasó lo que tenía que pasar:<br />

poco tiempo <strong>de</strong>spués quebró y perdieron sumas enormes. No os contaré el<br />

final <strong>de</strong> la historia, pero ahí tenéis el ejemplo <strong>de</strong> unos padres que hicieron la<br />

<strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> su hijo a causa <strong>de</strong> su <strong>de</strong>bilidad y <strong>de</strong> su estúpido amor.<br />

Hoy los padres no se atreven a utilizar métodos que forjan el carácter <strong>de</strong> los<br />

niños. Dicen: «¡Oh! No <strong>de</strong>ben sufrir, <strong>de</strong>ben tener todo lo que quieran.» Y así<br />

estropean a sus hijos con esas <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s. Un día no podrán obtener nada <strong>de</strong><br />

ellos y tendrán frente a sí verdugos que les pisotearán, recibiendo cruentas<br />

lecciones por su falta <strong>de</strong> pedagogía. Pero los padres no me creen, piensan que<br />

soy cruel. No soy cruel, conozco pequeñas leyes... que son gran<strong>de</strong>s leyes. En<br />

el pasado era así como mucha gente educaba a sus hijos, incluso los reyes,<br />

porque los reyes tenían siempre en su palacio sabios que les aconsejaban, ved<br />

por ejemplo, el consejo que podían dar esos sabios: «Majestad, tenéis un hijo<br />

que está <strong>de</strong>stinado a reinar. Pero, ¿será justo, honesto e imparcial? He aquí lo<br />

que tenéis que hacer: antes <strong>de</strong> que vuestro hijo sepa que es un príncipe, futuro<br />

here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l trono, enviadle a vivir con una familia pobre, para que vea cómo<br />

sufren y luchan los hombres, cómo trabajan para ganar un trozo <strong>de</strong> pan.<br />

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