Camilo José Cela - La familia de Pascual Duarte - Letra Hispanica
Camilo José Cela - La familia de Pascual Duarte - Letra Hispanica
Camilo José Cela - La familia de Pascual Duarte - Letra Hispanica
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
-¡No sigas!<br />
Sí; mejor era no seguir, me lo <strong>de</strong>cía la conciencia. Mejor era <strong>de</strong>jar que el tiempo<br />
pasara, que el niño naciera... Los vecinos empezarían a hablar <strong>de</strong> las andanzas <strong>de</strong> mi<br />
mujer, me mirarían <strong>de</strong> reojo, se pondrían a cuchichear en voz baja al verme pasar...<br />
-¿Quieres que llame a la señora Engracia?<br />
-Ya me ha visto.<br />
-¿Qué dice?<br />
-Que va bien la cosa.<br />
-No es eso... No es eso...<br />
-¿Qué querías?<br />
-Nada..., que conviene que entre todos arreglemos la cosa.<br />
Mi mujer puso un gesto como suplicante.<br />
-<strong>Pascual</strong>, ¿serías capaz?<br />
-Sí, Lola; muy capaz. ¿Iba a ser el primero?<br />
-<strong>Pascual</strong>; lo siento con más fuerza que ninguno, siento que ha <strong>de</strong> vivir...<br />
-¡Para mi <strong>de</strong>shonra!<br />
-O para tu dicha, ¿qué sabe la gente?<br />
-¿<strong>La</strong> gente? ¡Vaya si lo sabrá!<br />
Lola sonreía, con una sonrisa <strong>de</strong> niño maltratado que hería a la mirada.<br />
-¡Quién sabe si podremos hacer que no lo sepa!<br />
-¡Y todos lo sabrán!<br />
No me sentía malo -bien Dios lo, sabe-,pero es que uno está atado a la costumbre<br />
como el asno al ronzal.<br />
Si mi condición <strong>de</strong> hombre me hubiera permitido perdonar, hubiera perdonado, pero<br />
el mundo es como es y el querer avanzar contra corriente no es sino vano intento.<br />
-¡Será mejor llamarla!<br />
-¿A la señora Engracia?<br />
-Sí.<br />
-¡No, por Dios! ¿Otro aborto? ¿Estar siempre pariendo por parir, criando estiércol?<br />
Ella se arrojó contra el suelo hasta besarme los pies.<br />
-¡Te doy mi vida entera, si me la pi<strong>de</strong>s!<br />
-Para nada la quiero.<br />
-¡Mis ojos y mi sangre, por haberte ofendido!<br />
-Tampoco.<br />
-¡Mis pechos, mi ma<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> pelo, mis dientes! ¡Te doy lo que tú quieras; pero no me<br />
lo quites, que es por lo que estoy viva!<br />
Lo mejor era <strong>de</strong>jarla llorar, llorar largamente, hasta caer rendida, con los nervios<br />
<strong>de</strong>strozados, pero ya más tranquila, como más razonable.<br />
Mi madre, que la muy <strong>de</strong>sgraciada <strong>de</strong>bió ser la alcahueta <strong>de</strong> todo lo pasado, andaba<br />
como huida y no se presentaba ante mi vista. ¡Hiere mucho el calor <strong>de</strong> la verdad! Me<br />
hablaba las menos palabras posibles, salía por una puerta cuando yo entraba por la<br />
otra, me tenía -cosa que ni antes sucediera, ni <strong>de</strong>spués habría <strong>de</strong> volver a suce<strong>de</strong>r- la<br />
comida preparada a las horas <strong>de</strong> ley, ¡da pena pensar que para andar en paz haya que<br />
usar <strong>de</strong>l miedo!, y tal mansedumbre mostraba en todo su a<strong>de</strong>mán que hasta