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<strong>Cuentos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>que</strong> <strong>nos</strong> Contaron<br />
42<br />
Tuvo <strong>que</strong><br />
comer<br />
culebra y<br />
un pescado<br />
negro y<br />
feo pero<br />
sabroso.<br />
Al final, el muchacho le dijo con la tradicional calma chocoana:<br />
--- La próxima vez no pase el puente con esas sandalias <strong>de</strong> tacones<br />
tan altos…<br />
En cambio, superar el primer embrollo <strong>que</strong> se le presentó en el<br />
censo sí le pareció más fácil. Esto sucedió al conformar el equipo<br />
<strong>de</strong> encuestadores. El alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> turno <strong>que</strong>ría <strong>que</strong> estuvieran sus<br />
amigos, sus recomendados. Claudia le explicó, o mejor, lo persuadió<br />
<strong>de</strong> <strong>que</strong> eso era imposible por<strong>que</strong> sus integrantes <strong>de</strong>bían ser <strong>los</strong><br />
<strong>que</strong> cumplieron con <strong>los</strong> requisitos preestablecidos, <strong>que</strong> eran cuatro<br />
indígenas y un afro <strong>de</strong>scendiente, quien por cierto presumía todo<br />
el tiempo <strong>de</strong> dominar las “artes <strong>de</strong> la brujería”.<br />
“Artes” por las <strong>que</strong> Claudia siempre ha sentido temor. Por eso<br />
corrió <strong>de</strong>spavorida al segundo día <strong>de</strong> su trabajo, cuando una señora,<br />
quién sabe por qué motivo, la amenazó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la otra acera por<br />
don<strong>de</strong> caminaba con meterla en una botella, encerrarla ahí y rezarle<br />
la “oración <strong>de</strong> la escoba”.<br />
En otra oportunidad le dijeron <strong>que</strong> se recogiera el cabello por<strong>que</strong><br />
“no <strong>de</strong>moran en echarle el mal <strong>de</strong> ojo y entonces se le va a<br />
caer hasta <strong>que</strong>dar calva”. En efecto, calva casi se <strong>que</strong>da, pero <strong>de</strong>l<br />
espanto <strong>que</strong> tuvo al irse la luz justo con la última palabra <strong>de</strong> la advertencia-amenaza.<br />
Cuando regresó, tenía su cabellera completa,<br />
pero enmarcando un rostro pálido y <strong>de</strong>sencajado.<br />
Más tar<strong>de</strong>, cuando ya nada <strong>de</strong> este otro país la pasmaba, estos<br />
inci<strong>de</strong>ntes fueron agregados al enorme listado <strong>de</strong> sus memorias<br />
por el Chocó.<br />
Como también agregó, frente a <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> supervisores<br />
urba<strong>nos</strong>, la profesión <strong>que</strong> tenían: ingeniero agroforestal, administrador<br />
<strong>de</strong> empresas, contador público y docentes universitarios.