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Cuentos de los que nos contaron - Dane

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<strong>Cuentos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>que</strong> <strong>nos</strong> Contaron<br />

88<br />

Le abrió la<br />

puerta una<br />

señora alta,<br />

elegante<br />

y <strong>de</strong><br />

a<strong>de</strong>manes<br />

refinados<br />

<strong>que</strong> primero teníamos <strong>que</strong> recibir capacitación y luego <strong>nos</strong> hacían un<br />

examen. Lo pasé y <strong>que</strong>dé en el grupo <strong>de</strong> trabajo. Me seleccionaron<br />

para censar grupos <strong>de</strong> barrios unidos geográficamente.<br />

Con su vinculación al censo, Hugo Armando no podía estar sino<br />

feliz, por la simple razón <strong>de</strong> <strong>que</strong> aun siendo técnico en sistemas no<br />

tenía trabajo. Des<strong>de</strong> muy temprano salía <strong>de</strong> su casa, con <strong>los</strong> documentos<br />

<strong>de</strong>l censo muy bien or<strong>de</strong>nados en el maletín <strong>de</strong> trabajo. Una<br />

mañana se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> su familia más temprano <strong>de</strong> lo usual. ----Me<br />

voy a un barrio estrato 5, <strong>de</strong> esos <strong>que</strong> pertenecen a un nivel socio<br />

económico alto ---dijo en la puerta.<br />

En efecto, se trataba <strong>de</strong> una resi<strong>de</strong>ncia <strong>que</strong> no podía albergar<br />

sino gente adinerada, y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> buen gusto. Eso lo pensó ante<br />

<strong>de</strong> timbrar, y lo comprobó cuando quien le abrió la puerta fue una<br />

señora alta, elegante y <strong>de</strong> a<strong>de</strong>manes refinados. Sin complicaciones<br />

<strong>de</strong> ninguna especie, lo invitó a seguir. Se sentaron en una espaciosa<br />

sala. Él en un poltrona y la dama ---como la calificaba mentalmente—en<br />

un sofá. Hugo Armando le preguntó si había alguien más.<br />

–No, le contestó la señora---, mi esposo está en el trabajo pero no<br />

<strong>de</strong>mora.<br />

Hugo Armando sacó <strong>los</strong> documentos y paso a paso se fue <strong>de</strong>sarrollando<br />

el cuestionario, <strong>que</strong> la señora respondía con precisión<br />

y <strong>de</strong> manera concreta, sin ro<strong>de</strong>os. Hasta <strong>que</strong> llegó a las preguntas<br />

<strong>que</strong> nunca hubiera <strong>que</strong>rido hacer:<br />

---- ¿Tiene hijos?<br />

---- Sí, le respondió<br />

---- ¿Cuántos?<br />

---- Uno.<br />

---- ¿Vivo?

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