modulo 2
modulo 2
modulo 2
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
El mercado interno se transformó por el ferrocarril: cambiaron los<br />
días de feria en la Sierra, ciudades otrora florecientes, prácticamente<br />
desaparecieron, mientras que ciudades fantasmas de otros tiempos<br />
se convirtieron en importantes centros mercantiles. Hubo cambios<br />
drásticos en los precios de la tierra servidos por el ferrocarril. En suma,<br />
cambió la geografía económica. El mismo tráfico de mercancías<br />
y pasajeros se dinamizó: de 44.000 toneladas en 1910 se pasó a<br />
164.000 toneladas en 1929. Pero, como muestra Jean Paul Deler, ese<br />
tráfico fue más intenso entre Guayaquil y Riobamba que entre Riobamba<br />
y Quito; y mucho más marcado desde el puerto hacia la capital<br />
que en sentido contrario.<br />
Pero incluso estos significativos cambios fueron posteriores al ferrocarril.<br />
El ferrocarril fue menos una respuesta a necesidades mercantiles<br />
preexistentes que un promotor de cambios en los mercados del<br />
interior. Sin desconocer la importancia del impulso del mercado en la<br />
construcción, no se encuentran allí las razones principales que motivaron<br />
a aquellos hombres a sobrellevar tantas dificultades y a dotar<br />
a la empresa de tantos significados.<br />
Así pues, aquella obsesión de cuatro décadas para construir una vía<br />
de unión entre Quito y Guayaquil, no puede explicarse fundamentalmente<br />
por requerimientos de un mercado nacional en expansión. Líneas<br />
férreas en la Costa, unidas a Guayaquil y redes locales de ferrocarril<br />
en la Sierra, habrían bastado para satisfacer las necesidades de<br />
transporte de mercancías y pasajeros de aquella época.<br />
Más que unificar mercados, era necesario unir voluntades. Construir<br />
una comunidad nacional. García Moreno inició sus trabajos en 1860,<br />
un año después de aquella crisis general que casi separó a Guayaquil<br />
de Quito, a Loja de Cuenca y a Cuenca del resto del Ecuador. Para<br />
1895, un movimiento liberal fundamentalmente costeño tomaba por<br />
asalto las alturas andinas. Era indispensable reafirmar aquella existencia<br />
nacional tan frágil y cuestionada.<br />
El ferrocarril fue mucho más un esfuerzo nacional para crear un símbolo<br />
en común, que el símbolo nacional de un esfuerzo compartido.<br />
Los sectores dirigentes del país buscaron así dotar de sentido a aquel<br />
espacio que compartían por encima de sus diferencias regionales.<br />
Ofrecer un significado a la comunidad nacional que aspiraron a construir<br />
durante el siglo XIX.<br />
Ese significado, empero, no derivó solamente de la figura simbólica,<br />
sino sobre todo del continuo y creciente tráfico de pasajeros de una<br />
región a otra. Viajeros y peregrinos se encontraron cada vez con más<br />
frecuencia, recorrieron como suyos los territorios de la región vecina<br />
y al vivir un espacio en común, pudieron llegar a sentirlo como "nuestro".<br />
Sin que la comunidad nacional dejara de ser del todo esquiva, el<br />
ferrocarril contribuyó para que, al fin y al cabo, funcionarios, negociantes<br />
y elites regionales intercambiaran sus destinos.<br />
MODELOS PRODUCTIVOS Y LÓGICAS DE OCUPACIÓN DEL ESPACIO, (SIGLOS XIX Y XX)<br />
55